octubre 28, 2009

¡No más impuestos!

Este nuevo atraco fiscal que nos quieren imponer es el inicio de un esfuerzo de la clase política por imponer en México cargas fiscales “similares” a las de la mayoría de las naciones desarrolladas, con el argumento implícito (y cada vez más explícito) de que para alcanzar sus niveles de bienestar debemos igualar su expolio fiscal. “Si los otros países cometen errores, nosotros tenemos el derecho de cometerlos”.

Recorte de periodico

El siguiente texto es la transcripción de la conferencia de prensa ofrecida por la UNACON el pasado 19 de octubre en el Hotel Nikko de la Ciudad de México.

Muy buenos días señores reporteros, periodistas y de todos los medios.
Nos da mucho gusto que hayan atendido a esta convocatoria para ser testigos del nacimiento de una organización civil que hará historia en este país.

Soy el Dr. Santos Mercado Reyes, Presidente de la UNION NACIONAL de CONTRIBUYENTES ATLAS A. C. y quiero presentarles a los miembros del presidium…

Me acompañan:

El Lic. Hugo González
Y nuestro asesor económico, el maestro Rodolfo Sosa Cordera.

Queremos explicar los motivos que nos han inducido, a un pequeño grupo de ciudadanos, para formar esta UNIÓN NACIONAL DE CONTRIBUYENTES. Hoy somos un pequeño grupo, pero estamos seguros que mañana seremos mucho más pues no somos los únicos que estamos descontentos con la política de impuestos y de gastos que se ejerce en este nuestro México querido.

En efecto, ante la pretensión del gobierno y la clase política de crear nuevos impuestos y elevar las tasas de los ya existentes, los contribuyentes debemos decir ¡No!

Hoy estamos invitando a los empresarios, comerciantes, trabajadores y a todos los ciudadanos a movilizarnos y detener este nuevo asalto contra nuestro patrimonio.

Pero no solamente debemos resistirnos a dar un peso más al fisco, sino que, además, debemos exigir que el Estado sea puesto a dieta, que reduzca su gasto pues así como gasta está saboteando el esfuerzo de los productores de la riqueza.

Mientras más se reduzca el gasto público y mientras más se adelgace al Estado, menos tardará la superación de la crisis y habrá mayor crecimiento económico y menos pobreza.

Los ciudadanos hemos estado desorganizados, no protestamos y de ello se aprovechan los gobernantes para imponernos nuevas cargas fiscales.

Pero ahora decimos basta!

Y aun si se aprueba un aumento a la carga de los contribuyentes, cualquiera que éste sea, como parece inminente, podemos y debemos buscar revertirlo.

Y desde hoy debemos disponernos a iniciar un proceso sistemático e implacable de reducción del gasto público y de los impuestos.

Si todo impuesto es injusto en sí mismo, pues es un despojo de riqueza y que se hace mediante el uso de la fuerza, el alza de impuestos en las condiciones actuales es todavía más inadmisible por las siguientes razones:

1. El país vive la peor crisis económica desde hace 77 años y el alza de impuestos no hará sino agravarla.

2. Las pequeñas y medianas empresas –las principales creadoras de empleo- serán las más afectadas. Hoy estas pequeñas y medianas empresas sufren un acoso destructivo y creciente por el menor retraso en el pago de cuotas al seguro social, sufren una enorme dificultad para pagar sus impuestos a más de engorrosas y costosas regulaciones que no cesan de aumentar. Con más impuestos es para darles un golpe mortal.

3. En los 10 últimos años la economía creció en poco más de 23% en términos reales, pero el gasto del gobierno creció tres veces más que la economía: en un 73%. ¡Creen que aumentar el gasto de gobierno es algo bueno! Pero es totalmente dañino. Lo correcto es al revés. Bajar el gasto de gobierno.

4. Desde finales de 2008 los particulares tuvimos que reducir nuestros gastos y apretarnos el cinturón como consecuencia de la crisis económica. Pero Estado mexicano se dio para 2009 un presupuesto 14% superior al de 2008, en términos reales. Para los gobernantes y los políticos no ha habido crisis económica, ellos han preservado y hasta incrementado sus prebendas y privilegios.

5. El gobierno ha fracasado rotundamente en su función primordial, si no es que la única legítima: dar seguridad a los gobernados. México vive la peor crisis de inseguridad de su historia en tiempos de paz. Gobierno y hampa actúan al unísono: más de nuestro dinero para ellos, menos seguridad para nosotros. ¡Es absurdo!

El gobierno alega, con falsedad, que el aumento de carga fiscal obedece a la necesidad de compensar la baja en los ingresos del Estado.

En realidad lo que el gobierno quiere es gastar más, para cumplir compromisos políticos, como el aumento de los salarios de los burócratas en 2010, el cual significaría una erogación de 180 mil millones de pesos adicionales, poco más de la mitad del supuesto “boquete” en las finanzas públicas.

El gobierno simula un esfuerzo de austeridad al proponer la desaparición de tres secretarías de Estado, cuando en realidad lo que se propone es integrar esas secretarías en otras y ahorrarse los sueldos de tres secretarios…a los que ahora se les pagará como subsecretarios.

Otro argumento del gobierno es que necesita más dinero para aumentar los subsidios a las personas más pobres del país. Acaso no sabe que regalar dinero a los pobres da por resultado condenarlo a la pobreza permanente. Además, el gasto extra para “combatir la pobreza” que pretende el gobierno, apenas representa el 12% pero los efectos dañinos son incuantificables.

Por otro lado, en los últimos 10 años ingresaron adicionalmente al fisco 1.2 billones de pesos (de 1993 o 12 billones de pesos corrientes) en comparación con el nivel de ingreso de 1998.

Frente a ese enorme ingreso extra, si al gobierno tanto le interesaban “los pobres” ¿por qué en lugar de aumentar en forma estratosférica los sueldos de la alta burocracia del Estado o sostener a la Compañía de Luz, no aumentaron las erogaciones de “Oportunidades”?

Pero si el pretexto para elevar impuestos era la supuesta necesidad de elevar el subsidio de “Oportunidades”, ese pretexto ha desaparecido con la liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, al quedar liberados los recursos suficientes para duplicar la ayuda a los más pobres.

Y en un mismo golpe ha quedado invalidado cualquier otro pretexto para aumentar impuestos, pues hay muchos otros “agujeros negros” presupuestales como la Comisión Federal de Competencia (la acérrima enemiga de la empresa privada y de la creación de empleos), los salarios estratosféricos y privilegios de la alta burocracia del Estado (de los tres poderes y de los tres niveles de gobierno), el subsidio a los partidos políticos y la infinidad de prebendas para los grupos de interés con las que los políticos compran apoyo político.

Este nuevo atraco fiscal que nos quieren imponer es el inicio de un esfuerzo de la clase política por imponer en México cargas fiscales “similares” a las de la mayoría de las naciones desarrolladas, con el argumento implícito (y cada vez más explícito) de que para alcanzar sus niveles de bienestar debemos igualar su expolio fiscal. “Si los otros países cometen errores, nosotros tenemos el derecho de cometerlos”.

El discurso neo-estatista, en que se apoya este programa incautatorio es puro sofisma:

Se miente cuando se presenta a México como si fuera casi un paraíso fiscal donde los ciudadanos casi no pagamos impuestos. Pero el gobierno no está considerando en las cuentas de la carga tributaria la renta petrolera que es patrimonio de los mexicanos y no del gobierno. Las presentan como ingresos como “no tributarios” que no son sino impuestos mal disfrazados.

No se dice que en el resto de países y sobre todo los industrializados contribuye una proporción mucho mayor de los habitantes que en México, porque tienen mayor confianza en sus gobernantes, pero no deja de ser un error.

Se ignora o se pretende ocultar que ninguna nación pasó de subdesarrollada a desarrollada elevando los impuestos.

Todos los países ricos para llegar a serlo se basaron en bajos impuestos y en que el gobierno no estorbaba a sus hombres de negocios.

Ya en la opulencia han podido darse el lujo de los altos impuestos, pero no deja de ser un error que se manifiesta en la reducción de las tasas de crecimiento económico y de la prosperidad.

Las naciones que recientemente han accedido al desarrollo y aquellos que más han más han progresado en reducir la pobreza, son aquellas que han mantenido su gasto público por debajo del 15% como proporción del PIB.

La razón es muy simple: los altos impuestos obstaculizan o impiden la formación e incremento del capital, sin lo cual no se puede generar más riqueza.

La diferencia entre los países ricos y los pobres es precisamente esa: la magnitud de formación de capital.

Es falso que el mero “gasto”, y sobre todo el público, genere riqueza.

El gasto público atenta contra la formación del capital, porque los recursos no son erogados con criterios de rentabilidad económica, sino de rentabilidad política, con lo que se destruye en lugar de formar capital.

Se ignora o se pretende ocultar la propia experiencia de México.

Entre finales de los años treinta y hasta 1970, México tuvo los mejores índices de crecimiento económico gracias a que en promedio el gasto público no superó el 13% como proporción del PIB y por ende los impuestos eran relativamente bajos.
Si los apologistas del vampirismo fiscal tuvieran razón, bajo la administración de Miguel de la Madrid, cuando el gasto público llegó hasta 40% como proporción del PIB, tendría que haber habido el mayor crecimiento económico y del bienestar, pero ocurrió exactamente lo contrario.

Los bajos impuestos permitieron el “milagro económico mexicano”.

De haberse mantenido ese esquema (aunado a mayor libertad económica), a estas alturas México estaría a punto de volverse una nación desarrollada.

Pero la clase política comete el error de promover más gasto público, más carga fiscal y más señoreaje, el resultado es impedir la debida formación de capital y con ello aumentar la pobreza.

Si en los últimos años ha habido un bajo crecimiento económico es porque -luego de que en 1998 el gasto público llegó a 22% como proporción del PIB- la burocracia y la clase política en lugar de reducir han escalado el gasto público hasta alcanzar poco más del 26% como proporción del PIB en 2008 y probablemente el 27% en 2009.

Si el gobierno se sale con la suya, de 2010 en adelante la proporción del gasto público podría llegar al 30% y el crecimiento económico será más exiguo y habrá más pobreza.

El resurgimiento del estatismo en México no se limita al asalto en contra de los contribuyentes.

Por un lado tenemos el crecimiento explosivo de las regulaciones que estrangulan la iniciativa privada y por otro la pretensión de que el Estado disponga de los ahorros para el retiro.

Gobernantes y políticos proceden como si el dinero en general y esos recursos en particular, les pertenecieran.

Ya sabemos como terminará –si lo permitimos– la disposición estatal de los fondos para el retiro: en un colosal despojo.

Ni el partido en el poder (el PAN) ni la principal fuerza opositora (el PRI) presentaron en las contiendas electorales de 2006 o de 2009 la oferta de aumentar el expolio fiscal o despojar de sus fondos para el retiro a sus legítimos propietarios.

Si estas pretensiones prosperan, los legisladores de estos partidos estarán actuando en contra del mandato de quienes los eligieron. Esto es un fraude político, peor que un fraude electoral.

Recordemos el ofrecimiento que el entonces candidato presidencial Felipe Calderón, hizo en el debate televisado del 25 de abril de 2006: “Voy a reducir los impuestos a trabajadores y empresas para que haya más inversión y más empleo”.

Por eso fue electo por la mayoría de los votantes, no por lo que ahora hace.

En esa misma ocasión, el entonces candidato presidencial se comprometió a simplificar el pago de los tributos.

Pero en lugar de honrar la palabra empeñada, el titular del Ejecutivo Federal propuso medidas para endurecer el terrorismo fiscal y violar garantías individuales.

Los ciudadanos enfrentamos hoy la amenaza de reformas al Código Fiscal donde todo nuestro patrimonio se pone en peligro de ser incautado.

Por eso hacemos un llamado a todos los empresarios, comerciantes y contribuyentes que son los que sostienen a este país, son el ATLAS de una nación y que además mantienen al monstruo burocrático, devorador y destructor de riqueza que eufemísticamente se conoce como “administración pública”.

Este Atlas ha estado dormido y soportando el abuso de la clase política. Ningún partido político se ha atrevido a velar por los intereses de los contribuyentes.

Los políticos profesionales, sin excepción, representan exactamente el interés contrario: el del saqueo fiscal y la destrucción de la riqueza.

Las viejas organizaciones empresariales han mantenido una postura tímida, por decir lo menos, ante el renovado asalto contra los contribuyentes.

Recuérdese que en 2004, la Convención Nacional de Contribuyentes convocada por la COPARMEX, acordó reclamar más gasto público y por ende más impuestos y más “redistribución de la riqueza” (que el Estado quite todavía más a unos, para darle a otros).

Recuérdese que la esencia del Acuerdo de Chapultepec, firmado en 2005, era justamente el mismo despropósito.

Por eso es que hemos constituido la Unión Nacional de Contribuyentes “Atlas” Asociación Civil (UNACON), como instrumento de resistencia contra el saqueo fiscal.

Proponemos a los contribuyentes organizarnos, movilizarnos, utilizar todos los recursos de lucha que sean pacíficos y legales para detener y revertir el nuevo asalto contra nuestro patrimonio y para resistir a los que se intentarán después de éste.

¡Reducir el gasto gubernamental!

¡Bajar los impuestos!

¡Libertad económica!

Por Dr. Santos Mercado Reyes

Post RLB. Punto Politico.

octubre 25, 2009

Frente AMLO, aliado de Lozano + Caso SME no pasó en la Cámara

Como todo lo que resiste apoya, el activismo agresivo del PT, el PRD y Convergencia en la Cámara de Diputados terminó por hundir en el aislamiento político al desaparecido Sindicato Mexicano de Electricistas y salvó al secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, de una larga y belicosa comparecencia incómoda.

En uno de esos giros absurdos de la política, la intolerancia de petistas y perredistas obligó a concluir apenas comenzada la comparecencia de Lozano. Y por el grado de agresividad y por la decisión petista-perredistas de introducir clandestinamente al ex líder electricista Martín Esparza al salón de plenos, la decisión mayoritaria fue dar por cumplida la comparecencia de Lozano. Así, el secretario del Trabajo se fue con algunos insultos en el bolsillo pero sin responder a las preguntas legislativas.

De nueva cuenta la dictadura de las minorías se volvió contra los intereses de la minoría. Hubieran ganado más el PT, el PRD y Convergencia sometiendo por horas al funcionario a preguntas de fondo, que facilitándole el día al impedir su comparecencia fugaz. El PT, el PRD y Convergencia, los tres que conforman un nuevo frente unido dirigido nada menos que por el salinista Manuel Camacho, demostraron escasa inteligencia política y se dejaron llevar por las pasiones.
Pero en el fondo, el PT, el PRD y Convergencia actuaron sobre la base del realismo pesimista, aquél que se deriva de las batallas perdidas de antemano. Los insultos del secretario del Trabajo del gobierno de Echeverría, Porfirio Muñoz Ledo, o el gesto de violencia del ex priísta tabasqueño Adán Augusto López Hernández tirándole billetes a la cara de Lozano fueron más bien el signo de la incapacidad, de la derrota, del fracaso.

El uso de la violencia y la agresión es el argumento de los impotentes en política. La estrategia debió haber sido otra: preguntas y argumentos para obligar al funcionario a salirse de sus cabales y entonces darle la estocada final, la puntilla política.
La oposición lopezobradorista tenía en realidad poco que argumentar. Fue una terrible falla política haber enviado a Muñoz Ledo a presentar el posicionamiento del PT como cabeza de la oposición frentista de Manuel Camacho. Y no sólo porque Muñoz Ledo perdió ya el encanto del pasado y por el padecimiento de una arterioesclerosis moral, sino porque Muñoz Ledo representa justamente la línea dura antisindical del PRI porque presidió la Secretaría del Trabajo de Echeverría que en esos años golpeó duramente al sindicalismo independiente, democrático y de izquierda.
Como secretario echeverrista del Trabajo, Muñoz Ledo aplastó al líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo, al simbólico líder electricista Rafael Galván y al entonces naciente disidente líder de una fracción de telefonistas Francisco Hernández Juárez. La mano represiva de Muñoz Ledo se aplicó para consolidar al charrismo sindical del PRI y para fortalecer el liderazgo de Fidel Velázquez. Lo bueno para Muñoz Ledo, en ese entonces, fue que el PRI era un partido hegemónico, la oposición era atacada por la policía política y no existían crítica ni disidencia. De haber habido en esos años un congreso democrático como hoy, sin duda que Muñoz Ledo hubiera sido tachado de peor manera que a Lozano Alarcón.
El trasfondo real del conflicto en la Cámara fue la derrota política del SME y del frente camachista. Al dar por cumplida la comparecencia del secretario del Trabajo, la mayoría legislativa impidió que la oposición lopezobradorista hiciera al funcionario las preguntas más comprometedoras y no logró que el Congreso se convirtiera en un gran jurado del caso de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro y de la desaparición del sindicato electricista. La gran victoria política de meter clandestinamente al ex líder Esparza al pleno se transformó en la gran derrota porque fue la justificación para cancelar la sesión y para dar por cumplida la comparecencia de Lozano.
Mal han entendido los lopezobradoristas el papel del debate político al confundirlo con el insulto y la agresión. Y el tono violento de los anfitriones fue respondido con un gesto de desprecio por el invitado cuando Lozano Alarcón no se dignó a mirar a Muñoz Ledo ni a López Hernández cuando éstos le exigieron que los mirara a los ojos. Esa escena, transcurrida en segundos, coronó la victoria política --esa sí-- de Lozano Alarcón. Ahí se firmó la derrota estratégica del lopezobradorismo como lanza de ataque de los electricistas desaparecidos: no fueron tomados en cuenta.
Al final, el más sonriente fue el secretario del Trabajo. Y Lozano Alarcón debería estar agradecido con los lopezobradoristas Noroña, Muñoz Ledo, López Hernández y --oh paradojas de la política-- el propio ex líder electricista Martín Esparza, porque ellos impidieron que fuera sentado en el banquillo de los acusados del Congreso. Los electricistas perdieron lamentablemente un aliado: la Cámara. Pero eso ocurre cuando se usan los argumentos de los impotentes, no los de la política.
Por Carlos Ramirez.

Post RLB. Punto Politico.

octubre 23, 2009

! Nunca me hagan eso !, "Laroña" en el Congreso de la Unión.

Gerardo Fernández Noroña, Antonio Espino Mora "Clavillazo",
piratería, carpa, Congreso de la Unión.

por Paco Calderon
Post RLB Punto Politico.

octubre 21, 2009

La Esfinge Sagrada y El Primer Mandamiento

Más que vacas sagradas en México tenemos bueyes sagrados que se oponen a todo cambio y a quienes la opinión publica venera como si fuesen de veras una fuente de sabiduría infalible.
Dos notas de Excélsior:
UNO: Rechaza Cárdenas inversión de IP en industria eléctrica
"El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano rechazó la propuesta del grupo académico México Evalúa para que el sector privado invierta en la industria eléctrica.
"No hay ninguna necesidad de pasar por encima de la ley, el Estado tienen los recursos suficientes para mejorar las redes eléctricas y para mejorar el servicio en todo caso", dijo.
Cárdenas Solórzano estuvo en el monumento a la Revolución para depositar un ramo de flores en la tumba de su padre, el general Lázaro Cárdenas, en un aniversario más de su muerte."
DOS: James J. Heckman califica de lenta, altamente regulada, poco competitiva y dependiente a la economía del país (Notimex)
El premio Nobel de Economía 2000, James J. Heckman, advirtió que la economía mexicana es lenta, altamente regulada, con alta dependencia del petróleo y enorme impacto negativo de los monopolios que le hacen perder su filo competitivo.
Ante representantes de organismos internacionales y gobernadores de bancos centrales, sostuvo que los monopolios en México han elevado costos y retrasado el crecimiento, pero en la larga historia de México ha permeado temor para incentivar a los mercados.
Fin de las notas.
Pero tan "sagrado" es Cuauhtémoc Cárdenas (CC) que me da miedo llamarle "buey sagrado" y lo dejo en "esfinge sagrada"; para efectos prácticos es lo mismo: El país y los mexicanos que se fastidien. Habló el oráculo. Ya sabíamos lo que, con todo acierto, dijo Heckman. Lo que tal vez Heckman no sabe es que cuando las esfinges dicen que no es no, y punto.

El primer mandamiento: No competirás
La anécdota la habría contado el director general de "Marcatel", Gustavo de la Garza, la reproduce la columna "Capitanes" del periódico "Reforma" -requiere suscripción- y dice así:
En diciembre de 1995 el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, le preguntó al dueño de Telmex, Carlos Slim, si su empresa estaba preparada, ya, finalmente, para competir. La respuesta fue contundente:
- Sí, ya me reforcé en el área jurídica.
En México no hay competencia (o hay competencia simulada) en:

- Petróleo
- Combustibles: gasolina y diesel
- Energía eléctrica
- Telefonía local y telecomunicaciones en general
- Televisión
- Autotransporte de carga
- ...y muchas actividades más.
¿Cuántas leyes, reglamentos, organismos públicos, comisiones, mitos ideológicos y arreglos tenemos para promover la no-competencia, la incompetencia?
¿Cuántas rentas han extraído negociantes, líderes sindicales, políticos, funcionarios públicos de la incompetencia?
Escribe hoy Federico Reyes Heroles, respecto del asunto de Luz y Fuerza del Centro y del rechazo de cierta izquierda cerril a la extinción de la empresa:

"Otra cortina de humo es lanzar a los "neoliberales" en contra de la empresa pública. Por lo visto no han leído el Artículo 27 constitucional, nadie está hablando (por desgracia) de abrir el sector."
Todo se resume en ese tímido paréntesis: "(por desgracia)". Sí, Federico, nadie -casi nadie, para ser justos- habla de "abrir" el sector... Ni lo mande Dios, ni lo permitan las esfinges sagradas.
Por Ricardo Medina.
Post RLB. Punto Politico.

La empresa que le quitaron al señor Esparza

Queda claro que, para el señor Esparza, Luz y Fuerza del Centro nunca fue una empresa pública, sino un negocio privado del SME y que lo que hizo el Presidente de la República al decretar la extinción de Luz y Fuerza del Centro fue extinguir un negocio privado, quebrado pero negocio privado al fin y al cabo.

¿De quién era Luz y Fuerza del Centro hasta que fue liquidada por un decreto presidencial?
De un grupo de negociantes, agrupados en un holding que se llama SME, o Sindicato Mexicano de Electricistas.
Dicho holding, o grupo de control accionario, o consorcio de propietarios, es presidida por el señor Martín Esparza, quien la noche de ayer reclamó airado al gobierno expropiador: “Nos tienen que devolver la empresa”.

Cito textual el párrafo de la nota del periódico “Reforma” donde se recogen las exigencias del presidente del holding o controladora SME, el señor Esparza:

Esparza exigió que el Gobierno le regrese la compañía liquidada al sindicato. "Nos tienen que regresar la empresa, nos tienen que regresar nuestro trabajo y sobre todo la dignidad del sindicato electricista", espetó.

Queda claro que, para el señor Esparza, Luz y Fuerza del Centro nunca fue una empresa pública, sino un negocio privado del holding SME y que lo que hizo el Presidente de la República al decretar la extinción de Luz y Fuerza del Centro fue extinguir un negocio privado, quebrado pero negocio privado al fin y al cabo.

Si así fuese, tienen razón el señor Esparza y sus amigos en estar enojados: Han sido despojados de su propiedad por un gobierno arbitrario que imita al de Hugo Chávez en sus ataques a los negocios privados.

Pero me surgen varias perplejidades: ¿Será que el Presidente Calderón también quiere construir aquí en México “el socialismo del siglo XXI” a golpe de expropiaciones de empresas privadas?, ¿por qué los organismos empresariales de México no se han solidarizado con este empresario en desgracia y con sus socios capitalistas?, y aún más extraño: ¿por qué la “izquierda dura” e intransigente de México defiende a este capitalista y a los otros dueños de la holding SME?

Y esta otra: ¿Será que el holding SME exprimió hasta el último centavo de la filial Luz y Fuerza del Centro y eso explica que esa empresa haya estado quebrada desde hace años, mientras que los directivos y dueños de SME, el holding, nadaban en la abundancia?

Y esto de nadar en la abundancia me lo dijo hace unos días un profesionista que fue contratista en la más reciente construcción del holding SME, su edificio corporativo en la ciudad de México. Me dijo: “El (holding) SME es de esos clientes que todo constructor anhela tener: Jamás pusieron restricciones a los gastos para sus lujosas instalaciones, pagaban semanalmente en efectivo millones de pesos y sin engorrosos trámites de recibos o facturas. Una chulada de clientes”.

Anécdotas comprobables aparte (tan indignantes que parecen sarcasmos), la extinción de Luz y Fuerza del Centro ha hecho que este grupo de negociantes –los dueños de la holding SME– se quiten la máscara de “trabajadores” y se presenten como lo que siempre han sido: Capitalistas tan salvajes que se apropiaron a la fuerza –como si estuviesen en la conquista de territorios sin dueño– de una compañía eléctrica y que ahora se dicen despojados de su propiedad.

El pequeño problema, señor Esparza, es que el holding SME que usted preside nunca fue la dueña legal de Luz y Fuerza del Centro, sino que lo era el Estado mexicano. El holding SME era, sí, como lo hemos podido comprobar millones de usuarios, el dueño de hecho, pero nunca lo fue de derecho.

El pequeño problema, señor Esparza, es que usted es un negociante mentiroso y ladrón que nos quiere ver la cara de idiotas con declaraciones como la siguiente: “El trabajo del (el holding) SME en la zona centro genera el 35 por ciento del Producto Interno Bruto”.

¿De veras es usted, señor Esparza, tan bruto como para creer eso?, si usted y su holding SME son tan productivos (¡generan el 35 por ciento del PIB de todo México!), busquen entornos más amables con los negocios y hagan fortuna en otros países: Globalicen su productividad. Desparrámenla por todo el mundo. ¿Para qué pelean por una filial “rabona” del holding cuando salta a la vista que esa filial rabona no les pertenecía y estaba quebrada desde hace años?

Por Ricardo Medina.
Post RLB. Punto Politico.

La izquierda ¿defiende derroches y corrupción?

El respaldo por grupos de izquierda a uno de los sindicatos más costosos para los ciudadanos, muestra el tipo de gobierno que tendríamos si esas “tribus” llegaran al poder. Basta saber aritmética elemental para concluir que la Compañía de Luz y Fuerza del Centro significaba un enorme gasto innecesario para el gobierno y, en último término, para los ciudadanos que pagan impuestos.

Los subsidios anuales de esa paraestatal equivalen a casi el doble del presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con el subsidio anual a la Cía. de Luz y fuerza del Centro se podrían haber creado 365 mil empleos de 8 mil pesos mensuales cada año.

Bajo la excusa de “conquistas laborales” ese sindicato, que se presenta como de izquierda, ha sangrado gravemente las finanzas del sector público. Quienes se oponen a su liquidación dejan en evidencia sus verdaderos intereses que disfrazan con las banderas del nacionalismo y del “no a la privatización”.

Las llamadas “conquistas laborales” de ese sindicato son un escudo para ocultar excesos y privilegios. La incongruencia de los legisladores y partidos de izquierda, que dicen luchar por la economía popular, queda manifiesta cuando por un lado hablan de gastos públicos innecesarios y de bajarle el sueldo a los funcionarios y, por otro, son abiertos defensores de un sindicato, herencia del fascismo del siglo pasado, que es un ejemplo de abusos, corrupción, altos sueldos, pensiones prematuras y dispendio.

El respaldo por grupos de izquierda a uno de los sindicatos más costosos para los ciudadanos, muestra el tipo de gobierno que tendríamos si esas “tribus” llegaran al poder.

La mayoría de los ciudadanos no son tarados, por lo que quienes apoyen al sindicato de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, responsable de millonarias pérdidas e ineficiencias, serán calificados como defensores de un añejo corporativismo, corresponsable del atraso de México y de los desequilibrios en las finanzas públicas, que obligaron al gobierno a pedir un incremento de impuestos al Congreso.

Por Luis Pazos .

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octubre 18, 2009

SME: músculo sin inteligencia + La Tremenda Corte, politizada

El martes que inició la discusión del caso Oaxaca en la Suprema Corte, un grupo de militantes del PRD y de la APPO la emprendieron con violencia contra los policías en el edificio judicial. Y en la primera discusión sobre la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, el lopezobradorismo pidió la renuncia del presidente constitucional de la república y el los del SME exigió que le regresaran “su” empresa.

Más allá del corto plazo agitado, el escenario de fondo señala efectivamente una severa crisis de gobernabilidad, es decir, el momento en que las exigencias de la sociedad son mucho mayores que las ofertas de los gobiernos. Y toda crisis de gobernabilidad se mueve en tres opciones: la anarquía, el retroceso o la transición.
Lo malo, sin embargo, es que gana siempre la opción que se impone por la fuerza de la violencia, a menos que haya una propuesta inmediata de transición a la democracia.
La salida no será fácil. En Oaxaca no se dio una protesta social pacífica sino una verdadera insurrección revolucionaria anarquista con vinculaciones guerrilleras y en el caso del SME se perfila una confrontación para someter al Estado a los dictados de un grupo sindical. Y la capacidad de respuesta de los gobiernos estatal y federal se redujo a los precarios instrumentos políticos del viejo régimen político.
La violencia política es, ni modo, inevitable. Lo señala con claridad el politólogo Samuel Huntington al analizar la protesta política en su libro El orden político en las sociedades en cambio:
“(La causa de la violencia política es) el resultado del rápido cambio social y de la veloz movilización política de nuevos grupos, junto con el lento desarrollo de las instituciones políticas”. “El cambio económico y social amplía la conciencia política, multiplican sus demandas, ensanchan su participación. Estos cambios socavan los fundamentos tradicionales de la autoridad y las instituciones políticas y complican tremendamente los problemas de creación de nuevas bases de asociación e instituciones que unan la legitimidad a la eficacia”.

El SME mostró ayer su músculo, pero inflado por el uso de anabólicos neopopulistas. El problema con los sindicatos es su vocación por la derrota, su lenguaje rupturista y su proclividad al maximalismo del todo o nada. La historia del sindicalismo está marcada por el fracaso, aunque se mantengan en alto las banderas simbólicas de lucha. En 1959 y en 1962 el escritor José Revueltas, una de las conciencias marxistas más lúcidas del siglo pasado, señaló que los trabajadores seguirán perdiendo batallas mientras carecieran de un verdadero partido obrero.

El músculo sirve para competencias de fisicoculturismo, no para escenarios de lucha política. Por eso es que en ese deporte se abusa de los anabólicos, medicinas que sólo inflan los músculos. Por tanto, el músculo del SME servirá de poco si no va de la mano de decisiones diseñadas por la inteligencia política. En el 2005 López Obrador abarrotó varias veces el zócalo por el desafuero… y perdió las elecciones. En 1975 la Tendencia Democrática de Rafael Galván hizo una de las manifestaciones más combativas de los trabajadores con 150 mil obreros… y en 1976 fue aplastado por el gobierno. En el 2006 López Obrador ocupó con casas de campaña el corredor Zócalo-Periférico pero las instituciones electorales lo declararon derrotado.

En el caso Oaxaca la Tremenda Corte de Justicia decidió conforme a la política y no al derecho. En Oaxaca no hubo un caso típico de abuso de fuerza pública, sino de una insurrección radical violenta contra la sociedad y contra las instituciones, producto de una lucha por el poder entre las familias priístas. Y como para demostrar la irracionalidad de la conclusión de la Tremenda Corte, el martes mismo un grupo de la APPO chocó violentamente contra la policía a las puertas del edificio judicial. Ahí se vio el estilo político de la APPO: por la fuerza y sin las razones.
El gobierno de Calderón quiere manejar los conflictos del país con el instrumental del viejo régimen priísta, incluyendo a la Tremenda Corte empanizada. Por eso la capacidad de gobernabilidad no se va a dar cediendo a las presiones del músculo anabólico del SME ni al anarquismo de la APPO ni menos aún a las locuras fundamentalistas de un presidente de pacotilla --el Nicolás Zúñiga y Miranda porfirista del siglo XXI--, sino entrándole de una vez por todas al problema central de la alternancia partidista en la presidencia de la república: la transición del régimen político priísta a un sistema político democrático.
Al final, el SME y la APPO le apuestan a la ruptura anarquista porque carecen de un partido real de izquierda que pueda conducir la transición. España tuvo al PSOE para la democratización y Rusia padece su Putin para la restauración del viejo régimen de privilegios autoritarios. Con el apoyo de la Tremenda Corte, México se desliza por el camino ruso.
Si en las leyes, en el parlamento y en las calles no se razona la dimensión de la crisis y ahí se mira en el corto plazo de las complicidades, el país no va a transitar hacia un régimen democrático sino que encontrará, como en Rusia, la tranquilidad en la restauración del viejo régimen. La iniciativa debe partir del presidente Calderón: o la transición democrática de fondo o el regreso del Jurásico priísta.
Por Carlos Ramirez.

Post RLB. Punto Politico.

octubre 12, 2009

Decisión por radicalismo de SME

Truena modelo sindical populista

1.- Cada vez que algún sindicato independiente u oficialista desafía la autoridad del Estado, las decisiones del poder conducen inevitablemente a un acto de autoridad. La intransigencia del Sindicato Mexicano de Electricistas produjo la liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
2.- La amenaza de estallamiento de huelga por el SME, por la negativa gubernamental a reconocer la elección fraudulenta de Martín Esparza como líder sindical, llevó a una situación de ruptura: con la huelga, el gobierno habría de aplicar la requisa. La liquidación de la empresa, que se venía examinando en el gobierno desde 1982, fue el camino asumido.
3.- El control de los sindicatos ha sido siempre un mecanismo de ejercicio del poder público, lo mismo en los regímenes capitalistas que socialistas y progresistas. Cárdenas organizó al movimiento obrero inventando la CTM para mantenerlos subordinados al gobierno. Echeverría y su secretario del Trabajo, Porfirio Muñoz Ledo, aplastaron al sindicalismo independiente para beneficiar al modelo PRI de Fidel Velázquez. Y Cuba, la ex URSS, Corea y China tienen un control militar sobre los sindicatos.
4.- El SME, como el sindicato petrolero con La Quina, se convirtió en un espacio político de la disidencia rupturista con el Estado. El SME quería el control absoluto de la empresa, pero sin dar a cambio eficacia financiera, laboral y de servicios.
5.- El quinazo de Carlos Salinas y el esparzazo de Calderón fijaron las nuevas reglas de relación del estado y los trabajadores. El PRI de Echeverría inventó el modelo de alianza histórica, en donde los trabajadores apoyaban las decisiones del gobierno a cambio de recibir una política tutelar. El esquema funcionó hasta el agotamiento de Fidel Velázquez: la lucha sindical de los cincuenta y sesenta y la capacidad de organización independiente de la segunda mitad de los setenta. La pérdida de la hegemonía del PRI significó la liberación sindical. Y ese hecho llevó al dilema de mantener la lealtad al Estado aunque éste ya representara los valores de la revolución mexicana o enfrentar al Estado en su proceso consolidación capitalista.
6.- El conflicto entre las dos visiones --la sindicalista y la capitalista-- llevó a fricciones y también a redefiniciones. El ciclo neoliberal de 1982 a la fecha llevó al replanteamiento de las relaciones políticas entre Estado y sindicatos. Los sindicatos se han tardado en entender que el Estado mexicano ya no es el Estado de la revolución mexicana y el PRI hace tiempo abandonó la vertiente sindicalista… y a la revolución mexicana.
7.- Paulatinamente se han venido agotando los liderazgos sindicales independientes que trataron de influir en el rumbo económico y social del país. La Quina, Esparza y actualmente el STUNAM han querido conformar organizaciones sindicales de corte partidista y a favor de una definición política económica y laboral del Estado. Estas organizaciones, y otras menores, han tenido que optar por la oposición. Y han tenido que andar el camino rumbo a la colisión con el Estado, pues son sindicatos que dependen de los recursos del Estado.
8.- En este contexto, el próximo conflicto que se perfila es el del STUNAM. La rectoría de la UNAM, con el rector José Narro, militante del viejo PRI, está encabezando una ofensiva de crítica contra el gobierno por el recorte presupuestal general. Narro está presionado por el sindicato y el pago de gasto corriente y la imposibilidad de convencer al sindicato de un periodo de austeridad. La principal preocupación del rector no se localiza en la necesidad de reorganizar el presupuesto universitario, sino en su debilidad para revisar el contrato de trabajo. La UNAM depende de manera absoluta de los subsidios del Estado.
9.- Del quinazo al esparzazo han pasado veinte años de replanteamiento de la relación del Estado con los sindicatos. Pero del lado del sindicalismo ha existido una notable limitación en la reflexión política, aunque un agudizamiento del guerrerismo verbal. El Estado, en cambio, ha tenido siempre la claridad de su proyecto: el desmantelamiento del aparato político e ideológico que el priísmo cardenista --primero con el PRM y luego asumido por el PRI-- construyó para una alianza sindicatos-Estado en contra de los empresarios.
10.- Los sindicatos han perdido la oportunidad de reflexionar sobre los cambios políticos. El viejo modelo de relación Estado-sindicatos para enfrentar a la empresa privada dio paso a la alianza Estado-empresarios que sacrifica a los sindicatos. Los sindicatos debieron de buscar nuevas formas de inserción en el proceso productivo. En 1993 López Obrador aprobó un programa del PRD que planteaba la propiedad accionaria de los trabajadores y en Italia el Parido Comunista inventó los comités de fábrica.
11.- El sindicalismo del SME perdió la opinión pública y por tanto redujo su base social. Ese sindicalismo prefirió la lucha por beneficios propios sin atender a la lógica marxista de su representación popular. Así, los beneficios sindicales se consiguieron a costa de bajar los recursos para la sociedad. El subsidio a la Compañía de Luz era de recursos quitados a gasto social.
12.- Con la decisión de liquidar a la Compañía de Luz se cierra un modelo de sindicalismo en las empresas estratégicas. Pero los trabajadores debieran comenzar a pensar en el modelo sindical posterior a la alianza histórica con el Estado.
Por Carlos Ramirez
Post RLB. Punto Politico.