enero 20, 2010

Obama y el fantasma de Bush + No habrá transición de imperio

Quizá la peor parte del primer año de gobierno del presidente Barack Obama se localice en el hecho de que ha refrendado el camino del gobierno de George Bush en sus tres puntos fundamentales:

1.- La revalidación de los Estados Unidos como imperio.
2.- La geopolítica basada en la dominación del poder y de las armas.
3.- El reafirmación de los Estados Unidos como un Estado de seguridad nacional.
Con ello, Obama simplemente confirmó las previsiones negativas que se fijaron en sectores críticos en enero del 2009:

1.- Obama ha sido el primer presidente afroamericano de los blancos.
2.- La tónica de su gobierno ha sido una constante crisis de expectativas.
3.- Obama no cumplió con su promesa de transitar a los EU de un Estado imperial a un Estado democrático.

El verdadero Obama se mostró en toda su dimensión en diciembre, al recibir el premio nobel de la paz: como personaje orwelliano, Obama delineó el neolenguaje de la novela 1984 al afirmar que la guerra es la paz o que la paz es la guerra. La conceptualización de las “guerras justas” reveló la dimensión de dominación imperial de los intereses geopolíticos y de seguridad nacional de la Casa Blanca.

Se esperaba más. Obama fue electo como parte de la pinza que terminaría de reafirmar la transición de los EU hacia una nación democrática, para completar el trabajo que había cumplido Mijail Gorbachov al desmantelar no sólo el campo socialista sino la doctrina de dominación bipolar del mundo. Antes de recibir el premio nobel de la paz, Gorbachov había destruido la lógica de la guerra fría. Obama debía de completar la tarea para permitir la transición del mundo hacia nuevas formas de relaciones políticas y de poder.

Pero el pecado de Obama lleva su propia penitencia. El terrorismo enfrentó a Obama a su peor imagen: la de George W. Bush. Ante el retorno de actos terroristas en territorio estadunidense, Obama refrendó la doctrina patriótica de aumentar las medidas de seguridad, aún a costa de violar aún más las garantías individuales de los ciudadanos. La decisión de instalar escáner en los aeropuertos para revisar la intimidad de los ciudadanos fue más allá de donde había llegado Bush: el miedo no a los terroristas sino a los ciudadanos.

Obama estaba obligado a revisar la lógica del terrorismo: actos de miedo de musulmanes radicales como respuesta a la intervención militar y política de Washington en países del Medio Oriente. Bush hizo lo mismo pero con la intención de arrinconar a los terroristas en sus países y evitar actos en los EU. Obama no logró ni lo uno ni lo otro. Y en lugar de replantear su presencia en Irak y Afganistán, aumentó el dominio militar y con ello provocó una radicalización de las actividades terroristas.

El fracaso de Obama se resume quizá en un hecho: la percepción de que los ciudadanos estadunidenses son terroristas y por eso aumentó las medidas de seguridad contra los ciudadanos. El problema radica en la inutilidad de los servicios de inteligencia y seguridad nacional. La CIA llegó ya a su nivel de incompetencia: fue responsable del pésimo manejo de la información en el caso del terrorista en Detroit y Al Qaeda le infiltró un topo en Afganistán para estallar una bomba suicidad y matar a agentes y al jefe de la estación. Pese a ello, Obama prefirió apoyar a la CIA con el aumento de medidas de seguridad que violaron aún más los derechos civiles de los ciudadanos. Hoy todo ciudadano es visto y tratado como terrorista.

La tarea de Obama era transitar a los EU de imperio a nación. La comunidad internacional que prohijó a Gorbachov quiso hacer lo mismo con Obama. La asignación del premio nobel no busco reconocer al afroamericano que venció al racismo en los EU sino recordarle al presidente de los EU que no podía seguir siendo el imperio mundial sin contrapesos. El discurso de Obama fue el refrendo de las tres doctrinas que convirtieron a los EU en el imperio del mundo: la de Truman para intervenir en otros países, la de Kissinger para dominar el planeta y la de Bush para usar al terrorismo como el eje del poderío hegemónico.

No, Obama no ha sido una decepción. Más bien, confirmó lo que se esperaba de él hace un año: el presidente del imperio más poderoso del mundo. Sólo que el mundo es una paradoja. Y Obama quedó atrapado entre su política doméstica social sin consenso bipartidista y la incomprensión de los estadunidenses a su gobierno con un desplome en la calificación de 65% en enero de 2009 a un nivel de 45% en enero de 2010. Como todo gobierno imperial, el de Obama perdió su base social.
El gobierno de Obama se perfila hacia la percepción social y política de que no durará más que cuatro años y que la reelección será imposible. Los norteamericanos parecen estar seguros que hoy están peor que en los años de Bush. Así de dramática ha sido la derrota en los hechos de Obama.

Por Carlos Ramirez.
Post RLB. Punto Politico.

enero 17, 2010

PRD-iglesias: intolerancias + Laicismo: ni fe ni ideología

1.- El conflicto alrededor de los matrimonios y adopciones gay no es un asunto menor. De hecho, sería la primera fractura histórica desde la creación de la unión formal, legal y matrimonial entre personas de diferente sexo, hace miles de años, antes inclusive de la fundación del cristianismo. Por tanto, merece algo más que un mayoriteo del PRD.

2.- El choque entre las iglesias y el PRD-Marcelo Ebrard por la aprobación arbitraria de leyes que permiten los matrimonios y adopciones por personas del mismo sexo fue producto de dos intolerancias: la de la ideología y la de la religión.

3.- Lo grave de todo es que la ideología de izquierda ha sido ejercida con la misma irracionalidad e intolerancia que una religión. Por ello, el Estado debe proteger su laicidad de la religión pero también de las ideologías radicales que quieren imponer sus convicciones a toda la sociedad.

4.- La decisión de los matrimonios y adopciones gay no fue producto de un debate amplio. Por tanto, la imposición de derechos de las minorías sin el consenso de las mayorías conduce justamente a la confrontación social. Lo malo de estas decisiones autoritarias del PRD y Ebrard en el DF es que consolidan la unión de adversarios. Por primera vez, las iglesias de diferente origen --otrora confrontadas justamente por sus creencias-- han conformado una alianza contra las decisiones del PRD y Ebrard.

5.- La polarización de las intolerancias no debe resolverse por el camino de la anulación política del adversario, como quiere en PRD. El tono creciente de las respuestas de las iglesias es consecuencia del mismo tono intolerante del PRD en el DF.

6.- El problema radica en los derechos. Las minorías tienen derecho a existir y a no sufrir la discriminación. Pero las mayorías también tienen derechos. El problema radica cuando las minorías imponen autoritariamente sus derechos por encima de los derechos de las mayorías.

7.- El asunto de los matrimonios y las adopciones gay rompe con criterios morales de la mayoría. Por tanto, la salida es el debate, la negociación y sobre todo la consulta a la sociedad a través de mecanismos como el referéndum. Un hecho histórico merece la consulta a toda la sociedad.

8.- El error del PRD ha sido atacar a la iglesia católica en sus creencias religiosas e ignorar a las jerarquías eclesiásticas. En la aprobación de ambas decisiones el PRD en el DF impuso su mayoría. Pero en su significado, las mayorías eclesiásticas tienen razones suficientes para sentirse discriminadas.

9.- En lugar de contextualizar el asunto en términos de derechos y de llevarlo al terreno de lo legal, el PRD capitalino ha llevado la discusión a la ideología. Y ahí podrían ganar las iglesias en consideración a la mayoría de creyentes en la sociedad.

10.- La iglesia católica actual en México está lejos de cualquier intención de terminar con el Estado laico y regresar al Estado confesional. Más aún: no encontraría eco. Por ello, la gritería perredista alertando sobre el peligro de que se termine el Estado laico no deja de ser patética y sólo ilustra la carencia de razones.

11.- Eso sí, los comportamientos autoritarios del PRD para imponer derechos de las minorías sin convencer de las razones ya han polarizado a la sociedad. El PRD no aprendió la lección del aborto: su mayoría en el DF legalizó el aborto y la sociedad en casi veinte estados de la república ha impedido que se lleve a leyes locales. Más que estimular la apertura de criterios ante un gravísimo problema de salud pública, el PRD provocó un cierre de posibilidades.

12.- En el caso de los homosexuales, el autoritarismo perredista ha disminuido el debate y ha llevado el asunto al punto de mayorías legislativas. La necesidad de analizar el tema de los homosexuales ha sido colocada por el PRD en el terreno de las ideologías, sean terrenales o religiosas.

13.- El asunto de los homosexuales podría padecer el mismo problema que con el aborto: la sociedad reconoce el problema pero no parece tener la madurez para discutirlo abiertamente. El DF no es Nueva York ni la sociedad mexicana ha llegado al pragmatismo de la estadunidense. Por tanto, los temas de las minorías sexuales merecían otro tratamiento político y legal.

14.- El tema de las minorías sexuales debió centrarse en el escenario sociológico, pero el PRD dejó que cayera en el territorio de la fe. Las iglesias, a su vez, encontraron el lado débil de los perredistas y van a aprovechar el asunto para discutir justamente el tema de la fe en una sociedad que ha comenzado a perder convicciones religiosas. Las celebraciones crecientes de la Semana Santa y del 12 de diciembre revelan la religiosidad de la mayoría de los mexicanos. Por eso el PRD parece haberse quedado sin apoyo social. El papado de Benedetto XVI se puso el objetivo de recuperar creyentes.

15.- La sociedad ha modificado su conformación. Y han nacido nuevos agentes sociales con sus respectivos derechos. Pero el problema radica cuando el PRD impone los derechos de las minorías por encima de los derechos de las mayorías sin apelar al consenso. Y Ebrard pareció no haber entendido que la carrera presidencial va a pender del hilo de temas como el aborto y los homosexuales.

Por Carlos Ramirez.

Post RLB. Punto Politico.

enero 12, 2010

Ebrard-DF: economía salinista + Política de precios, neoliberal

Formado política e ideológicamente como priísta en los sexenios de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, el jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, acaba de aplicar a los ciudadanos que viven en la capital de la república un ajuste de precios y tarifas típicamente neoliberal: subir precios y tarifas y costo de servicios sin atender su efecto en el poder adquisitivo de los salarios.

De hecho, el ajuste de Ebrard es exactamente el mismo que delineó el gobierno federal panista aliado al PRI en el Congreso. Lo malo, sin embargo, es que Ebrard representa al PRD en la capital de la república y la propuesta perredista fue la contraria: subir salarios y congelar precios. Por tanto, Ebrard se alineó al pensamiento económico neoliberal del PAN y del PRI, en nombre del PRD.

Pero muy a su estilo, Ebrard prepara una ofensiva para desviar la atención sobre el golpe a la carestía y el poder de compra de los capitalinos para encabezar una ofensiva contra el alza en gasolinas. Pero comparados los ajustes, el aumento de 50% en el precio del boleto del Metro en el DF tiene un impacto inflacionario y de pérdida de poder de compra mayor que el de las gasolinas en consumidores. El aumento en el precio del Metro afecta a casi 4 millones de usuarios diarios, y la mayor parte de ellos usa el sistema cuatro veces al día todos los días.

Asimismo, Ebrard no quiere que se discuta otra de las decisiones típicamente neoliberales que se tomaron en la ciudad de México: la privatización en los hechos de las vías rápidas construidas y que serán usadas pagando una cuota. Se trata de una doble tributación: los capitalinos pagan sus impuestos y con ellos se construyen obras pero el gobierno del DF cobra por su uso. A ello se agregan las alzas de precios en prácticamente todos los servicios: agua, predial, impuesto a las nóminas, hospedaje y tenencia vehicular, cuando el PRD, por ejemplo, pugna por la desaparición de la tenencia.

La lógica económica de Ebrard es más panista-priísta que perredista. Se basa en el castigo a las clases medias. Pero el alza de precios en servicios se convierte en un castigo a la producción para financiar los programas improductivos de subsidios a las masas que forman parte de las bases perredistas. Asimismo, la estrategia se basa en la negativa a una verdadera reforma fiscal en el DF para aumentar los ingresos públicos, dejando sólo el castigo en precios e impuestos a la base gravable existente.

El cobro a la producción para subsidiar la improductividad conforma la definición de la política económica conocida como populismo neoliberal. El alza de 50% en el precio del boleto del Metro, por ejemplo, se quiso disfrazar casi como una exigencia de los usuarios para que por favor subieran la tarifa, pero en base a encuestas amañadas, de las que Ebrard preparaba para Carlos Salinas en el PRI y en Los Pinos. Pero al final, las encuestas fueron lo de menos: la decisión de subir tarifas estuvo basada en la decisión económica neoliberal de trasladarle a los consumidores el financiamiento de su transporte público, a costa de un deterioro adicional del poder adquisitivo de sus menguados salarios.

El PRD, muy a su estilo, también ha aplicado la táctica de “¡al ladrón!” para desviar la atención. El senador perredista Carlos Navarrete le dio de plazo al gobierno federal hasta el miércoles para disminuir artificialmente precios de las gasolinas y subsidiar su costo, si no el Senado de la república aprobaría una ley para congelar precios de combustibles. Sin embargo, nada ha dicho o hecho el senador perredista para defender a los capitalinos usuarios del metro --4 millones-- del abusivo aumento de 50% en el precio del boleto que decidió en el jefe del gobierno perredista en el DF. Al final, la lógica de los aumentos de gasolinas y boletos del Metro fue la misma: cargar sobre los asalariados el costo del ajuste.

El problema de Ebrard es que decidió aumento generalizado de impuestos y costo de servicios al margen de la consideración nacional. De ahí que Ebrard le haya aplicado a los capitalinos una doble carga para sus salarios: los ajustes federales y los ajustes capitalinos. Por ello, los capitalinos son los que más van a sufrir el ajuste de precios y tarifas en el 2010. Y todo porque Ebrard, en el contexto de su lealtad al gobierno patito de López Obrador, se ha deslindado de la estructura federal. El aumento unilateral de impuestos y precios en el DF fue la prueba que faltaba.
La doble carga de carestía para los capitalinos convierte a la ciudad de México en una de las más caras y castigadas del mundo. Por eso el PRD y el propio Ebrard debieran tomar la decisión de cancelar el aumento generalizado de precios en los precios de servicios e impuestos en el DF y convocar a una convención capitalina hacendaria para establecer los criterios de coordinación que debieran tener por ley el gobierno del DF y el gobierno de la república, a fin de evitar decisiones aisladas que simplemente dañan el pode de compra y el nivel de vida de los habitantes del DF que Ebrard tiene la obligación de cuidar.

Por Carlos Ramirez.

Post RLB. Punto Politico.

enero 06, 2010

Los desafíos del 2010 + Oaxaca: política del poder

Como ha ocurrido en otras ocasiones, Oaxaca se va a convertir en un extraño laboratorio político y a redefinir el 2010: el PAN se encamina a una alianza con el PRD de López Obrador que le niega legitimidad al presidente Calderón y que aprobó el aborto, el matrimonio homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo.


De darse la victoria del Juanito lopezobradorista Gabino Cué como candidato de la alianza PAN-PRD, entonces el PAN tendría que avalar la aplicación de las reformas legales sobre aborto y matrimonios gay, uno de los puntos fundamentales de la agenda perredista. Asimismo, el candidato del PANREDE tendría que apoyar sin remilgos a los miembros del extinto Sindicato Mexicano de Electricistas que pide, como parte de la agenda de López Obrador y del diputado Fernández Noroña, la renuncia del presidente Calderón.

La alianza contra natura del PAN con el PRD tendrá además otras inconsistencias políticas: la Suprema Corte tiene prácticamente enjuiciada a la policía federal preventiva por la intervención violenta a finales del 2006 para recuperar varias zonas de la capital de Oaxaca que se habían convertido en una Comuna revolucionaria. Y la alianza PAN-PRD tendría que llevar al PAN a avalar esas acusaciones y defender a la APPO.

Por lo pronto, el candidato auto asumido de la alianza aún no oficializada dio ya dos indicios de por dónde vendría su lealtad: en las últimas semanas acompañó a López Obrador en menguados y desangelados mítines por algunos municipios del estado, donde el tabasqueño presentó --al viejo estilo del dedazo priísta que demuestra que lo bien aprendido no se olvida-- a Gabino Cué como el candidato oficial del lopezobradorismo. Y por si fuera poco, López Obrador fue el que destapó a Juanito Cue como candidato del PRD lopezobradorista a la gubernatura de Oaxaca.

La estrategia del PAN era otra. Su propuesta central fue comprometer primero una alianza entre los partidos de oposición en Oaxaca y después --sólo después-- definir un candidato en función de un programa político. El madruguete de López Obrador dejará al PAN en el furgón de cola de la alianza, porque Juanito Cué ha sido en los últimos años el candidato del PRD-Convergencia-PT. Es decir, que el programa político será el de López Obrador --incluyendo el desconocimiento a la legitimidad de Calderón-- y no el del PAN.

Los estilos ya han comenzado a presentarse. Juanito Cue acaba de comprar la base de datos de la empresa Telcel en Oaxaca para envíos masivos de mensajes a los celulares oaxaqueños. Asimismo, Juanito Cue compró diez mil ejemplares de la revista Proceso de esta semana donde se incluye un reportaje contra el gobernador Ulises Ruiz, para usarlo como campaña de guerra sucia.

Lo interesante del asunto es que la versión de Proceso confirma la otra vertiente de los compromisos de Juanito Cué como representante de los intereses del cacicazgo político del priísta-panista ex gobernador Diódoro Carrasco. La esposa de Carrasco es sobrina de Julio Scherer, dueño de Proceso, por lo que el reportaje tenía el sello familiar de la casa.

La intervención de Carrasco en el apoyo a Juanito Cué revela el conflicto político oaxaqueño. Cué de ninguna manera representa a la oposición. En realidad, el conflicto político en Oaxaca desde 1998 responde a la disputa por el poder exclusivamente entre las familias priístas. En 1998 José Murat, con la amenaza a Ernesto Zedillo de irse al PRD, se apropió de la candidatura priísta a la gubernatura y con ello impidió que el gobernador saliente Carrasco pusiera a su tío David Palacios como sucesor.

Como gobernador, Murat rompió los acuerdos de reparto del poder entre las familias priístas que se había pactado en 1977, a raíz de la caída del gobernador Manuel Zárate Aquino. Y los jefes de las familias priístas se desperdigaron en el PAN, el PRD y Convergencia. Por tanto, el venero original de la oposición en Oaxaca es el PRI. De ahí que la lucha política en Oaxaca no sea por el rescate del estado o demagogias similares sino que resume una lucha de caciques políticos del PRI para retomar el control, político priísta. Al final de cuentas, López Obrador es un producto neto y típico del PRI.

De oficializarse la alianza, el PAN también asumirá la alianza con la APPO y las vertientes de esta organización con el EPR y otras formaciones radicales que han optado por el camino de las armas. Pero por encima de todo, tendrá que explicar su apoyo a una disputa por el poder exclusivamente entre priístas.

En este contexto, Oaxaca podría simbolizar los enredos políticos de una lucha política que nada tiene de transición o de democratización sino que se resume en un jaloneo del poder entre familias priístas… sólo que ahora con el apoyo del PAN. El PAN sería el camino para la consolidación del PRI en Oaxaca.

Por Carlos Ramirez.

Post RLB. Punto Politico.

enero 04, 2010

La dictadura defeña de las mayorías

Basta con que el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, tenga una ocurrencia, y por mayoría aplastante es aprobada en la Asamblea Legislativa. No importa si se violan los más elementales derechos de propiedad. Ahora son los gays bisoños quienes se someten al yugo del GDF. Que luego no se quejen.


Si el lector vive en el Distrito Federal, de veras le compadezco. Y no me refiero a las tribulaciones que se suelen sufrir en las grandes ciudades como exceso de tráfico, contaminación e inseguridad pública.

No, la razón es cómo opera la dictadura de las mayorías en el DF. Basta con que el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, tenga una ocurrencia, y por mayoría aplastante es aprobada en la Asamblea Legislativa. No importa si se violan los más elementales derechos de propiedad.

Tal como lo comentamos hace unas semanas, ya es costumbre del GDF golpearnos a todos en el bolsillo mediante alzas arbitrarias de impuestos en el comienzo del año. Sí, es cierto, el sector federal también nos ha acostumbrado a nuevos impuestos y alza de tarifas, pero los contrapesos de poder que operan a nivel federal no permiten abusar descaradamente en términos fiscales, como sí se hace en el DF.

Ya de por sí los impuestos son un robo con todas las de la ley. Pero si a eso agregamos que en el DF opera vilmente la dictadura de las mayorías, los defeños están fritos, en particular las minorías que no suelen votar por el PRD. Sólo véase lo que ocurrirá con el alza arbitraria (de hasta 1,000%) en las tarifas del agua. Tres serán las delegaciones más afectadas: Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa. La razón, otra vez sencilla: en esas delegaciones gobierna el PAN.

¿Qué sucederá en el resto de las delegaciones? El alza será moderada. Ya de por sí en el predial, desde hace tiempo las delegaciones más afectadas han sido las panistas. Nuevamente la aplanadora perredista utilizará el uso y abuso de los impuestos para golpear a las minorías y beneficiar a sus clientelas. Y si el PAN intenta protestar, la aplanadora perredista puede dejar sin presupuesto a sus delegaciones. Verdadera y vil dictadura de las mayorías.

Pero la dictadura de las mayorías no termina en las cuestiones impositivas. Los defeños, incluso las minorías, ven con simpatía que el GDF se porte como un dictador al, por ejemplo, encarcelar por decenas de horas a quien conduzca en estado de ebriedad. Perdón, pero es un vil abuso contra los ciudadanos. Cuando alguien toma y maneja, efectivamente, debe el Estado sancionar, pues se pone en peligro la vida de los demás. Lo ideal es al estilo de los países anglosajones, en donde si se sorprende la primera vez, hay fuerte multa y amonestación del juez. Incidir puede costar la cancelación definitiva de la licencia, y en algunos casos hasta cárcel. De ahí que en estas naciones, la vida nocturna se apoya principalmente en taxis que dan buen servicio, y en donde no asaltan, violan y matan como ocurre en el DF.

Claro, este sistema de sanciones es imposible de operar en el DF, que es dominado por una policía corrupta. Cualquiera evitaría el ser presentado al Ministerio Público con una “mordida.” En países como EU y Canadá el soborno se castiga con cárcel, por lo que los ciudadanos la piensan dos veces a la hora de proponer alguno.

Una salida para los países con instituciones débiles es el llamado “alcoholímetro”, pero sin abusar de los ciudadanos. Tal es el caso de España, en donde en algunas ciudades, si no se pasa la prueba, se procede a una multa, y sólo se retiene el automóvil si el conductor no logra llamar a un familiar ó amigo sobrio para que le conduzca a su casa. Por supuesto, si se reincide hay multas y hasta cancelación definitiva de licencia.

Pero no, en el DF todos aplauden el sometimiento de los ciudadanos.

Lo mismo ocurre con la vida nocturna. Basta con que se muera de alcoholismo el hijo de un periodista famoso, ó que algún asambleísta moralino le molesten los centros nocturnos, para que se proceda a coartar la libertad de comprar y consumir alcohol (algunos de plano les gustaría prohibir, sin saber que dicha acción sólo agravaría el consumo de alcohol como sucede hoy con las drogas), ó peor aún, la libertad de reunirse -imponiendo horarios- en un bar ó restaurante.

Otro caso.
Algunos periodistas distraídos presumen que la asamblea legislativa dio un ejemplo de primer mundo al aprobar los llamados matrimonios “gay.” Las personas homosexuales, por supuesto, están felices. Perdón, pero, ¿qué festejan? Como liberal acepto la libre elección sexual de los individuos (siempre y cuando, claro, no se viole la libertad de nadie). Pero también sé que el Estado tiene, desde hace ya siglos, el yugo de las relaciones amorosas entre las personas. El Estado controla las relaciones matrimoniales, que si fueran libres se deberían regir por contratos privados. En cambio, es el Estado quien aprueba quiénes habrán de casarse ó no y, claro, pagando la tarifa correspondiente. Los gays bisoños sólo se están sometiendo al yugo del GDF. Que luego no se quejen cuando vilmente les suban el trámite por casarse.

Gracias al yugo estatal, es que vemos, cuando se trata de personas adineradas, indemnizaciones millonarias por divorcio, totalmente injustificadas a tal ó cuál cónyuge.

Que quede claro, el DF no es Amsterdam, Ottawa ó Boston, como algunos periodistas párvulos quieren hacer creer a la gente. El DF desde 1997 es una ciudad gobernada por la dictadura izquierdista de las mayorías. Desde entonces, cada vez hay menos libertad, peor transporte público, mayor tráfico, mayor inseguridad, más agresiones a los derechos privados de propiedad, menos agua potable, más pan y circo, y claro, su contraparte, más y más altos impuestos. Qué tristeza.

Por Godofredo Rivera.

Post RLB. Punto Politico.