julio 23, 2010

2012: Camacho “jubila” a AMLO + Salinas está “feliz de contento”

Como los verdugos de ayer son las víctimas de hoy, Andrés Manuel López Obrador acaba de ser jubilado de la política por Manuel Camacho Solís, casi al mismo estilo con el que el tabasqueño retiró a Cuauhtémoc Cárdenas del PRD: con una frase.
Cuando compitieron por la candidatura presidencial en el 2006, López Obrador desdeñó a Cárdenas con un dardo envenenado: “yo no me peleo con la historia”. Pero la historia era nicho, pasado. Hoy Manuel Camacho mandó a López Obrador al cuarto de los cachivaches políticos con el argumento de que “ya no podemos ser país de un solo hombre”.
La frase, por cierto, es el subtítulo de uno de los tomos de la biografía política de Antonio López de Santa Anna escrita por el lopezobradorista Enrique González Pedrero. Así, la pedrada de Camacho mandó también el parecido del tabasqueño con el Santa Anna maldecido por la historia de México.
La jubilación de López Obrador decretada por Camacho --en entrevista con Fidel Samaniego, publicada ayer miércoles en El Universal-- ha provocado una sonora carcajada proveniente del exterior: Carlos Salinas está “feliz de contento” porque su amigo, colaborador y cómplice político Camacho logró lo que el propio Salinas se había propuesto desde 1988 y no había podido conseguir: destruir a López Obrador.
Y Camacho, de hecho, jubiló a López Obrador para poder colocar a su pupilo Marcelo Ebrard como el próximo líder político máximo de la “izquierda” perredista, luego del trabajo de filigrana de Camacho para que las alianzas PAN-PRD provocaran que los perredistas reconocieran la legitimidad presidencial de Felipe Calderón y con ello, de modo automático, enterraran la presidencia legítima del tabasqueño. Así, Camacho logró prácticamente echar del PRD a López Obrador.
Desplazado del PRI, fracasado su proyecto de partido político particular y asesor áulico del PAN, a Camacho le quedaba el PRD. Y si su maniobra no da resultado, entonces no falta mucho para que aparezca, ahora sí formalmente y con honores, como operador político del PAN.
La larga lista de traiciones de Camacho es de antología:
--El 30 de mayo de 2005, publicó un artículo para explicar la operación política para desplazar a Cárdenas del liderazgo político y poner en su lugar a López Obrador.
Ahora Camacho va a repetir el numerito: quitar a AMLO con los mismos argumentos y colocar a Ebrard. Escribió en el 2005: “quien pierda la elección interna puede fortalecer el triunfo de quien la gane. Que quien gane puede respetar a quien pierda… Que ambos (Cárdenas y AMLO) pueden participar en donde los diferentes liderazgos se complementan y cooperan entre sí”. Pero al jubilar hoy al tabasqueño, Camacho ya impuso a Ebrard como el Gran Líder de la “Izquierda”.

En el 2006, ante la ofensiva del desafuero, Camacho dio una entrevista a Milenio para ofrecerse como el Plan B: Camacho como candidato sustituto, con López Obrador como un candidato en campaña desde la cárcel. En 1994 Camacho quiso ser el candidato sustituto del asesinado Luis Donaldo Colosio pero Salinas no pudo imponerlo.

En septiembre de 2008, Camacho ya había iniciado los contactos con el PAN. En un artículo en El Universal propuso un programa de estabilización política, delineó su proyecto como presunto secretario de Gobernación de Calderón e inclusive abrió un huequito: “reforzar el gabinete”.
Desde siempre, Camacho ha desdeñado a López Obrador y su política de masas.
En 1989, Salinas mandó a Camacho a cuestionar a su mentor (de Camacho) Pablo González Casanova por su discurso por el Premio Nacional de Ciencias en la que el investigador universitario pedía todo el poder al pueblo. Camacho cuestionó esa vía: “se puede llegar a la tentación de identificar al poder del Estado con el poder inmediato de las masas”. Es decir, “se parte del supuesto de la inminente descomposición del Estado y su necesaria sustitución por uno nuevo o por fórmulas anarquistas. Esta crítica democrática puede derivar en idealismos populistas o terminar en la justificación de una dictadura democrática”.
Camacho no ha podido aclarar su papel en el fraude electoral de Salinas en 1988: negociación con Luis H. Alvarez, presiones autoritarias a la prensa para cerrarle espacios a Cárdenas, amenazas --revelación de Marco Rascón-- al PRT de Rosario Ibarra de Piedra de identificarlo con la guerrilla y, como culminación, el papel central de Camacho, aliado a Diego Fernández de Cevallos, para quemar las boletas electorales a finales de 1991 en un horno de la Delegación Venustiano Carranza para borrar cualquier pista de las irregularidades. El operador de la quema fue el entonces secretario de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard.
Con el beneplácito festivo de Carlos Salinas, Manuel Camacho ya escribió el epitafio político de López Obrador, en la declaración a Samaniego, donde los tiempos verbales son una clave política:
“Creo que el liderazgo político de Andrés Manuel ha sido de enorme valía para las izquierdas. Les permitió un crecimiento que no hubieran tenido de otra manera. Pero me parece que el liderazgo de la izquierda ya no puede estar en manos de un solo hombre. Ya no podemos ser un país de un solo hombre”.
Para Camacho, el PRD-PT-PC y el grupo DIA, el reinado de López Obrador ha muerto. El grito ahora es otro: “¡viva el reinado perredista de Marcelo Ebrard”!
Por Carlos Ramirez
Post RLB. Punto Politico.

julio 13, 2010

PRD-Camacho: CSG, no AMLO - ¿Y los perredistas asesinados?

La política es un juego de perversidades. La estrategia de Manuel Camacho con el PRD para imponer a Marcelo Ebrard como candidato presidencial en el 2012 se basa en las alianzas para ocultar las siglas del PRD. Ebrard y Camacho fueron estrategas de Carlos Salinas y en su sexenio asesinaron a más de 500 perredistas y saben que un salinista como candidato del PRD sería un insulto a la memoria de los militantes caídos.
Por eso es que Ebrard busca ocultar el escudo del PRD en la posible alianza. Si lanza a Ebrard como candidato, entonces el PRD habrá perdido memoria y autoridad moral, política y ética.
Como altos funcionarios del gobierno de Salinas, Ebrard y Camacho nada, pero absolutamente nada, hicieron para evitar la persecución y represión de perredistas.Una cosa es que Camacho, como lo hizo hace dieciséis años con el subcomandante Marcos y el EZLN, haya chamaqueado a los perredistas para lograr alianzas con el mismo PAN que entronizó a Carlos Salinas en 1988 y otra muy diferente que el PRD tenga en el 2012 nada menos que al hijo político del principal arquitecto del proyecto salinista transexenal --con todo y la violencia-- y que ese priísta sea hoy el estratega de las alianzas que han llevado al PRD a perder su identidad como partido progresista.
Lo más sorprendente es que ahora el líder de la izquierda mexicana sea el salinista Manuel Camacho y que Ebrard se presente como el principal candidato de la izquierda. Lo serio es señalar que el PRD no es el partido de la izquierda, que la izquierda sólo puede tener como bandera ideológica el marxismo del Partido Comunista Mexicano y que el (ex) priísta Andrés Manuel López Obrador le dio al PRD la definición neopopulista priísta.
El PRD va a tener que aclarar, en el corto plazo, su perfil ideológico.
Si es de izquierda, entonces su alianza con el PAN es contra natura. El sólo hecho de que el PRD haya caído en el juego de Camacho de buscar el poder con la derecha y con candidatos (ex) priístas representó el autismo ideológico.
El PRD asumió en la alianza con el PAN el compromiso de frenar la agenda perredista a favor de las minorías sexuales.
Así, el PAN no necesitó ganar elecciones para imponer su propuesta ideológica.El PRD perdió perfil ideológico con López Obrador.
La propuesta de campaña de López Obrador en el 2006 fue una copia del programa neoliberal-populista de Miguel de la Madrid de 1982 preparado nada menos que por Carlos Salinas, Manuel Camacho y Joseph-Marie Córdoba Montoya.
Por eso López Obrador llevó al PRD a un pacto lombardista con el PRI de Zedillo. Se trató del lombardismo de Vicente Lombardo Toledano de su última etapa ideológica, ya subsumido en los el priísmo sin escrúpulos, como lo desmenuzó desde 1958 el marxista José Revueltas en su ensayo México: una democracia bárbara.
El PRD nació de la fusión de dos grupos ideológicos: la Corriente Democrática antisalinista de Cuauhtémoc Cárdenas y el Partido Comunista Mexicano de filiación marxista. Pero ya en la práctica, el PRD se quedó como una especie de partido priísta progresista, más a la derecha neopopulista que a la izquierda socialista. Ebrard como candidato del PRD a jefe de gobierno capitalino consolidó la fracción salinista en el partido.
En el 2012 podría repetirse el fenómeno político de 2006 cuando Ebrard ganó con el PRD el DF: regresarle el poder a quienes el perredismo cardenista se los quitó.
La gran definición del PRD para el 2012 no se va a dar en la consolidación de alguna ideología realmente de izquierda. Ni siquiera tendrá que decidir su perfil (neo) (antiguo) PRI, pues su propuesta neopopulista no es otra cosa que el viejo PRI.
La gran definición del PRD se dará si en el 2012 lleva como candidato a Ebrard, de los principales colaboradores de Salinas.
Y de ser así, ¿cómo le hará el PRD para entregar cuentas a los más de 500 perredistas asesinados durante el salinismo, cuando Manuel Camacho y Marcelo Ebrard eran los colaboradores del primer círculo político de Salinas? Y no se debe olvidar que los primeros asesinados en el escenario de entronización autoritaria del salinismo fueron los asesores electorales de Cuauhtémoc Cárdenas en el Frente Democrático Nacional, Francisco Javier Ovando y Román Gil. Y Camacho y Ebrard fueron los principales operadores políticos de Carlos Salinas para tapar el fraude y poner a Salinas en Los Pinos.
La desesperación de Jesús Ortega por ganar algunos espacios electorales lo llevó a caer en el juego político de Manuel Camacho --un verdadero encantador de serpientes--.
Y hoy Ortega sabe que su viabilidad política depende de sacar a López Obrador del 2012, no sólo del PRD sino de la posibilidad de ser candidato del PT o Convergencia. Ahí se nota la astucia zorruna de Camacho para conseguir un acuerdo secreto de que no puede haber más que un candidato de la alianza neopopulista.
De lograrse, entonces López Obrador sería desechado, el salinista Ebrard ostentaría la candidatura de la coalición y el escudo del PRD sería reducido a una mera franquicia de campaña.De ahí que el principal problema del PRD en el 2012 no es López Obrador sino otro más grave: ¿un salinista va a representar al PRD que Salinas y los salinistas combatieron criminalmente en el periodo 1988-1994? Camacho y Ebrard se alejaron de Carlos Salinas no por congruencia ideológica sino porque no les regaló la candidatura presidencial.
Por Carlos Ramirez.
Post RLB. Punto Politico.

julio 08, 2010

PAN, partido-escoba sin ideas + Ganó poder, perdió proyecto

La elección mostró que el PAN como una propuesta ideológica quedó, en el mejor de los casos, desdibujado. Los (ex) priístas que ganaron en Oaxaca, Puebla y Sinaloa llegarán al poder cargados de compromisos… priístas. Y, lo que es más grave para el PAN, sin haber aceptado la plataforma de principios del PAN. El principal problema se advierte en Oaxaca y Puebla, donde el PRD ha adelantado que impulsará con los gobernadores panistas la legalización del aborto y de los matrimonios y adopciones gay.
1.-Ningún candidato panista ganó. Todos los ganadores son priístas y ex priístas.
2.- El PAN comenzó su mutación de la democracia cristiana a la socialdemocracia populista.
3.- EL PAN fue el vehículo para que se colocaran gobernadores de la familia revolucionaria del PRI.
El asunto da para más:
1.- El PAN abandonó su conformación como partido-proyecto y partido-ideología para asumir la noción de partido-escoba. El partido-escoba es también conocido como partido cacha todo (teoría de Otto Kirchheimer de 1966): recoge ciudadanos sin ideología y sólo a cambio de beneficios.
2.- La alianza PAN-PRD representó una transmutación ideológica: el PAN se perredizó y el PRD se empanizó. Es decir, el PAN se corre a la ideología neopopulista perredista --incluyendo temas como el aborto y los matrimonios y adopciones gay y más Estado-- y el PRD tiene que absorber la ideología conservadora cristiana panista.
3.- Como partido-escoba, el PAN deberá de olvidarse de sus tres principios ideológicos básicos: bien común, Estado como principio de subsidiaridad y solidarismo. Al aliarse con el PRD, el PAN redefinió su concepto de Estado: de subsidiario --es decir: subsidiar la modernización de la sociedad-- a fin en sí mismo. De ahí que el neopopulismo será ya parte de la ideología del nuevo PAN.
4.- Por sí mismo el PAN llegó a la conclusión de que carecía de fuerza ideológica para ganar. Por eso se alió con dos desprendimientos del PRI: el perredismo que salió de la Corriente Democrática y los priístas que se salieron del PRI no por ruptura ideológica sino porque no lograron candidaturas. Así, el PAN quedó en un partido franquicia. El pragmatismo desideologizado del PRD encontró más posibilidades de un pedazo del poder en el PAN que con el PRI.
5.- Lo que viene es el siguiente paso de la alianza PAN-PRD: la conformación de una alianza-cártel. El cártel es un acuerdo entre formaciones políticas para eliminar y eliminar la competencia. El PAN como partido-cártel estaría apuntalado con el PRD también como partido-cártel para excluir al PRI.
La definición del partido-escoba, que barre y recoge la pluralidad masificada de los electores, fue establecida por Kirchheimer precisamente en la mutación del Partido Demócrata Cristiano Alemán después de la segunda guerra mundial. De acuerdo con el politólogo Víctor Hugo Martínez González:
Un partido catch-all, informaría Kirchheimer, era distinto a un partido de masas porque: a) ya no era clasista, sino interesado en los votos y preferencias de los sectores sociales más disímbolos; b) por haber extendido heterogéneamente su territorio de caza electoral, habría rebajado, hasta casi desaparecer, su identidad, contenidos y códigos ideológicos; c) conformaba internamente su organización en función de profesionales de la política avenidos a negociar pragmáticamente las posiciones del partido; y d) dada su profesionalización alrededor de un círculo restringido de líderes, se deshacía crecientemente de una militancia posible de sustituir con recursos técnicos --medios de comunicación, por ejemplo-- más apañados y eficientes para cumplir con la tarea de buscarse apoyos”.
La mutación del PAN como partido de ideas, proyecto y militancia homogénea tiene que ver con la conquista del poder, no con el ejercicio del gobierno para aplicar una propuesta ideológica.
Ahora el PAN aplica, desde el poder, las mismas técnicas políticas y electorales del viejo PRI. Ya no se trata de convencer al electorado con resultados y un proyecto de nación, sino de conservar el poder con candidatos priístas.
En efecto, los doce candidatos que ganaron las elecciones el domingo, por el PRI y por el PAN-PRD, fueron priístas: en Oaxaca ganaron el (ex) priísta Diódoro Carrasco y el priísta José Murat, en Puebla gobernará la señora Elba Esther Gordillo y en Sinaloa el candidato PAN-PRD respondió a los intereses del líder priísta senatorial Manlio Fabio Beltrones. El PAN fue el partido-franquicia.
¿Dónde quedaron los panistas, el PAN, el proyecto de nación del PAN? El PAN prefirió ganar el poder, aunque fuera a costa de perder el proyecto. De ahí que el gran perdedor en las elecciones fue, paradójicamente, el PAN como partido ideológico y no el PAN-escoba.
Por Carlos Ramirez.
Post RLB.Punto Politico.

julio 03, 2010

El 'narco' mexicano acorrala a la política

El narcotráfico tiene a México contra las cuerdas. El asesinato del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Gobierno de Tamaulipas y el secuestro, desde hace 48 días, de Diego Fernández de Ceballos, uno de los políticos más poderosos del país, ponen de manifiesto de manera dramática el poder del crimen organizado y la debilidad del Gobierno de Felipe Calderón, solo en una guerra que ya ha provocado más de 22.000 muertos
.
Dos días después de que el candidato Rodolfo Torre Cantú y ocho de sus colaboradores fueran asesinados a plena luz del día en Ciudad Victoria, las autoridades siguen sin saber cómo, quiénes o cuál es la intención de un crimen político que supone un salto cualitativo en la violencia del narcotráfico. Las elecciones a gobernadores que se celebran el domingo en 12 Estados de la República están ya marcadas por la sangre y el miedo.

El mensaje está muy claro: ya nadie está seguro en México. Los jefes de la droga no solo están en guerra por los territorios, sino que pugnan por colocar a sus respectivos candidatos en la cima del poder político. "Con plata o con plomo", llegó a reconocer hace unos días el propio Calderón.
Tamaulipas es un ejemplo. Desde hace décadas, según denuncian los medios locales, las elecciones en el Estado norteño han venido siendo supervisadas -cuando no apadrinadas- por el cartel del Golfo. Sin embargo, desde principios de año, la organización criminal se fracturó y entró en disputa con Los Zetas, hasta entonces su brazo armado. La paz vigilada se convirtió en guerra abierta. Se dice, porque aún no hay versión oficial de los hechos, que las dos camionetas cargadas de sicarios que emboscaron y mataron al doctor Torre Cantú llevaban una zeta pintada sobre los cristales tintados.
La manera en que se cometió el atentado demuestra hasta qué punto el Estado está desbordado por el crimen organizado. La caravana del candidato del PRI fue atacada a las 10.30 de la mañana del lunes, cuando se dirigía al aeropuerto. Los sicarios no solo sabían eso, sino también que los vehículos blindados de que disponía el candidato habían sido enviados horas antes a Matamoros para proteger su gira electoral prevista para la tarde. A pesar del fuerte despliegue del Ejército y de la Policía Federal en Tamaulipas, los criminales fueron capaces de cruzar un camión en la carretera, detener la comitiva electoral, bajar a sus ocupantes y ejecutarlos sobre el asfalto. Nueve muertos. Ningún testigo.
La buena información de los sicarios contrasta con el desconcierto que exhibieron Felipe Calderón y sus principales colaboradores en su comparecencia ante el país. Lo más preocupante no eran los rostros demudados de los jefes del Ejército y de la Policía Federal o su falta de información, sino un dato que se hace presente cada vez que el presidente, con voz solemne, promete castigar a los culpables: el 95% de los crímenes en México queda impune.
Por dos veces en menos de 24 horas, el presidente Calderón compareció desde su residencia de Los Pinos. El mensaje fue el mismo en ambas ocasiones: "Hoy hemos comprobado que el crimen organizado es una amenaza permanente y pretende imponer sus reglas. Hago un llamamiento a todas las fuerzas políticas para unirnos en defensa de las instituciones en estos momentos tan delicados de la vida nacional. No hay otro camino que encarar con fuerza a la delincuencia organizada hasta conseguir derrotarla".
Se trataba, sobre todo, de un mensaje al PRI. Calderón necesita que el partido hegemónico en México hasta el año 2000 lo respalde en su guerra contra el crimen organizado. Pero, a tenor de las primeras declaraciones en caliente de algunos de sus líderes, parece muy difícil que ese apoyo se produzca. Aun a pesar de que el crimen contra el candidato del PRI en Tamaulipas y el secuestro de Fernández de Ceballos suponen un aviso muy serio de que la élite política ya no es intocable.
Desde los medios de comunicación mexicanos se resaltó ayer la gravedad del momento. El diario Reforma llevó a su portada un editorial -un hecho casi inédito en sus 17 años de vida- titulado El voto del narco en el que se constata que el país vive una emergencia nacional. "Lo ocurrido", dice Reforma, "trasciende por mucho las fronteras de Tamaulipas. Evidencia que hay una clara complicidad entre políticos y carteles. Las elecciones están perdiendo sentido por el dinero sucio que las financia. El violento voto del narco coloca en un predicamento los comicios: ¿tendrá sentido celebrar elecciones cuando hay un poder de facto que impone su voluntad por encima de la voluntad ciudadana?".
En Milenio, el escritor Héctor Aguilar Camín afirma en su columna diaria: "La violencia criminal ha dado un salto cualitativo. La opinión pública y las autoridades del país deben darlo también, cerrando filas en el rechazo y en el combate al crimen organizado". Pero mientras eso sucede o no, la situación que vive México es la que retrata El Universal en su primera página bajo el título Los comicios del miedo: en Tamaulipas, 12.000 interventores han rechazado participar y las mujeres de Ciudad Juárez han dicho que no irán a votar por "el elevado índice de violaciones, asaltos y asesinatos".
Pese a todo, las elecciones se celebrarán el domingo. El Gobierno se ha comprometido a redoblar la ya muy numerosa presencia del Ejército y la Policía Federal en las zonas más violentas. Es un consuelo a medias, porque en lugares como Ciudad Juárez, donde se vive un verdadero estado de excepción, las matanzas siguen produciéndose. Por todo el país, los candidatos que no han aceptado la plata del narcotráfico suplican al Gobierno que los blinde como sea ante el plomo de los sicarios.
[El periodista Juan Francisco Rodríguez Ríos, de 49 años, y su esposa, María Elvira Hernández, de 36, fueron asesinados a balazos el lunes en un cibercafé de su propiedad en el Estado de Guerrero, informa Efe. Rodríguez era dirigente local del Sindicato Nacional de Redactores de Prensa].
Por Pablo Ordaz.

Post RLB. Punto Politico.

julio 02, 2010

Lecciones políticas del 2012 + Experiencia vs desesperación

Justo en la coyuntura de las elecciones estatales más enredadas y ante la decisión del PAN de provocar el conflicto poselectoral para reventar elecciones, la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió dar carta de impunidad al uso de la violencia política contra la autoridad al liberar a los presos de Atenco. A partir de ahora la violencia política que se utilice en protestas políticas y sociales y en conflictos poselectorales tendrá el amparo de las leyes

2.- La decisión de la Corte es histórica. Ante el temor del uso del argumento de la “criminalización de la protesta social”, liberó a los atencos que usaron la violencia, secuestraron a funcionarios mexiquenses y amenazaron con matarlos. Con esa decisión la Corte prácticamente legitimó el uso de la violencia en manifestaciones de protesta social y política, con lo que de hecho bendijo legalmente el próximo conflicto poselectoral anunciado ya por la APPO de Oaxaca y la 22 de maestros, aliados al PAN, si gana el PRI.
3.- La violencia del crimen organizado exhibió las limitaciones de políticos y gobernantes. Justo cuando el país efectivamente necesitaba un acuerdo nacional para enfrentar la ofensiva criminal de la delincuencia, partidos y gobiernos prefirieron politizar el ambiente de violencia para sacar raja política. Lo malo fue que por enésima vez se pervirtió el concepto de alianza contra el crimen organizado
. 4.- Los partidos le dieron más importancia a la disputa por el poder. El asesinato del candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, ocurrió en un momento de jaloneos internos en la clase política local. Las dos figuras dominantes de ese grupo son el ex gobernador Tomás Yarrington y el gobernador saliente Eugenio Hernández. Los dos pugnaban por acotar a Torre Cantú para garantizar una senaduría en el 2012. En Tamaulipas domina el llamado Grupo Victoria, que controla toda la obra pública en el estado, junto con el ahora candidato suplente, el hermano del asesinado. El gobernador saliente pugnó por imponer a Oscar Almaraz como suplente pero al final ganó el Grupo Victoria con el constructor Egidio Torre Cantú, y con ello dejó ver la victoria política del ex gobernador Yarrington sobre el gobernador Hernández. Así, en la sucesión de Tamaulipas estaba en juego no el estado sino una senaduría para el 2012 entre dos ex gobernadores.

5.- Por tanto, detrás del sentimentalismo por el asesinato en Tamaulipas existe una disputa por el poder local. La nominación del hermano del asesinado inclusive logró apaciguar la ola de indignación política estatal contra el gobernador Hernández, porque en una parte de las exequias hubo momento de tensión por algunas ofensas y reclamos a gritos por la pasividad del gobernador Hernández en la lucha contra la delincuencia. La decisión por hermano impulsada por el Grupo Victoria, dicen en Tamaulipas, lograría inclusive colocar desde ahora en el próximo gobierno a la carta sucesoria para 2016: José Manuel Assad.

6.- Las campañas revelaron la parte desestabilizadora del PAN. La filtración de grabaciones obtenidas ilegalmente contra gobernadores priístas eran el inicio de otras iniciativas igualmente agresivas, pero el crimen en Tamaulipas hubo de detener la operación política. La estrategia del PAN en Oaxaca, Puebla y Veracruz tenía dos objetivos: quitarle al PRI tres entidades consideradas como de reserva de votos y preparar la estrategia que se va a utilizar en las elecciones de gobernador en el Estado de México el próximo año para bajarle puntos al gobernador Enrique Peña Nieto.

7.- Sólo que el clima político se enrareció y la ofensiva panista se detuvo. Peor aún, existen indicios de que el asesinato en Tamaulipas benefició tangencialmente al PRI. La respuesta de la cúpula priísta buscó evitar que el PAN capitalizara el ambiente. De nueva cuenta se dejaron ver indicios de que políticamente cualquier acuerdo contra la inseguridad y el crimen organizado estaría derrotado y que el PRI y el PAN sólo buscaron consolidar posiciones.

8.- Las campañas evidenciaron formas especiales de operación política. El PRI acudió de nuevo a su experiencia de ocupar espacios en el DF a través de operadores para no distraer a los candidatos de las plazas locales. La coalición PAN-PRD, en cambio, le dio prioridad a las campañas en la capital de la república para crear un clima adverso al PRI que pudiera repercutir en sus estados, pero sin tomar en cuenta que las elecciones son locales.

9.- En este contexto, tres experiencias de operación política priísta se centraron en el DF: Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Por Oaxaca funcionó el papel del político Luis Martínez Fernández del Campo, antiguo colaborador de Manuel Camacho y luego operador de Luis Donaldo Colosio: logró separar la campaña del conflicto estatal. En Puebla el experto en comunicación política Javier Sánchez Galicia pudo estabilizar la desordenada campaña de Javier López Zavala y neutralizó la maniobra que quería meter al gobernador Marín como tema electoral. Y en el caso de Sinaloa operó Rodrigo Flores, quien trabajó el DF para Jesús Vizcarra. Flores no fue encontrado responsable de la fabricación de documentos falsos contra el candidato de la coalición PAN-PRD y cambió la imagen de su candidato. Los tres frenaron la meta del PAN de hacer campaña negativa en el DF y lograron posicionar candidatos priístas en la capital al margen de los gobernadores salientes.

10.- Para el PRI, la lucha fue de estrategias; para el PAN-PRD, de desesperación. Ahí se dio la diferencia.

Por Carlos Ramirez.

Post RLB.Punto Politico.

julio 01, 2010

Los hispanos se vuelven contra Obama

Arrinconado por los conservadores e ignorado por los demócratas, el movimiento hispano, ofreció una nueva demostración de fuerza en la jornada de protesta contra la ley discriminatoria de Arizona, ha empezado a volverse en contra de Barack Obama. El presidente, incapaz de encontrar los votos que permitan regular el problema migratorio a escala nacional, impotente para ofrecer una respuesta satisfactoria para una comunidad que atraviesa por un momento decisivo de su historia

El problema generado por la ley que criminaliza la inmigración ilegal en Arizona se ha convertido, al margen del desastre ecológico en el golfo de México, en la mayor preocupación de la agenda doméstica de la Casa Blanca y en el asunto que puede decantar la suerte de las elecciones legislativas de noviembre en muchos Estados del país.
Obama se encuentra atrapado en una tensión que, hasta el momento, lo ha paralizado. Por un lado, el caso de Arizona ha despertado un fuerte resentimiento antiinmigratorio entre una mayoría de la población que exige mano dura y acción inmediata. De otra parte, la comunidad latina ha reaccionado ante el hostigamiento con una energía desconocida en busca del apoyo del presidente, su aliado natural.

Obama, que prometió durante la campaña electoral una ley de inmigración en su primer año de mandato, reaccionó desde el principio en contra de la ley de Arizona. Pero, a partir de entonces, no ha encontrado los medios para combatirla. La posibilidad de que el fiscal general la desafiase ante los tribunales no se ha concretado aún, y el borrador de reforma presentado por un grupo de senadores demócratas hace 15 días no ha vuelto a ser discutido. En cambio, esta semana Obama anunció el envío de 1.200 soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México, una medida destinada a calmar los temores de la población local por el deterioro de las condiciones de seguridad.
La comunidad hispana considera que esa no es la solución, que solo una ley migratoria y la legalización de más de 10 millones de indocumentados puede resolver el problema de raíz. De lo contrario, es muy probable que los latinos castiguen en las urnas no solo a los republicanos que se oponen -lo que se da por hecho- sino al presidente que no cumplió su palabra.
"Quizá la próxima vez no debería prometer una ley migratoria sin más, sino una ley migratoria a menos que ocurra A o B o C", ha declarado el congresista demócrata Luis Gutiérrez, tal vez la voz más representativa del actual movimiento hispano. "Yo no estoy atacando al presidente", añade, "le estoy recordando lo que prometió".

El caso tiene múltiples ramificaciones. Por un lado, lo que empezaron siendo manifestaciones de rechazo a la ley de Arizona se ha acabado convirtiendo, semanas después, en todo un movimiento reivindicativo con visos de perdurar. El pasado 1 de mayo salieron a la calle alrededor de un millón de personas en decenas de ciudades en todo el país. Esta semana, otras varias decenas de miles han viajado desde todos los rincones hasta Phoenix, la capital de Arizona, para demostrar la vigencia de su causa. Varios grupos y activistas han surgido en los últimos días, aprovechando la agilidad de los nuevos medios de comunicación, para multiplicar la audiencia de esta reivindicación.
La comunidad hispana está, pues, presente en la política norteamericana como nunca lo ha estado antes. Eso ha estimulado, a su vez, el surgimiento de otros grupos que creen necesario defenderse de los inmigrantes ilegales y reforzar las fronteras norteamericanas. El boicot a Arizona decretado por una veintena de ciudades de Estados Unidos ha sido contestado por el nacimiento de un movimiento denominado "buycott" que defiende la compra de productos de ese Estado. Sarah Palin, que ha concentrado su actividad desde hace tiempo en la denuncia de la inmigración ilegal, es la principal impulsora de ese grupo.
En medio queda Obama. El presidente no ganó las elecciones por el apoyo de los hispanos, pero puede perderlas sin ellos. En noviembre de 2008, el voto latino no fue suficiente para compensar la mayoría republicana en Estados como Tejas y Arizona, pero los demócratas avanzaron en ambos y confiaban en seguir haciéndolo hasta acercarse a la victoria en 2012. Eso está actualmente en peligro, y la primera prueba puede llegar el próximo noviembre. Mientras el voto conservador se ha movilizado a favor de los candidatos que se solidarizan con Arizona, el voto hispano -y sus apoyos en la izquierda- está en pleno proceso de decepción.
No existe una solución fácil. La reforma migratoria ha sido una batalla perdida antes por otros presidentes, incluido George Bush. En el tiempo reciente, la agudización de la violencia en México solo ha exacerbado la xenofobia y agravado la situación. La demagogia ha crecido, los casos de discriminación a los hispanos, incluso de abuso o maltrato, se han multiplicado. Al ser la casi totalidad de los ilegales de origen latino, su presencia aquí se ve, además, como una invasión que transformará este país. Políticamente, el problema se ha hecho más explosivo, casi inmanejable.
Los congresistas demócratas de distritos más conservadores o de mayoría anglosajona se resisten a respaldar una ley para legalizar a los indocumentados. Ante esa realidad, Luis Gutiérrez asegura que Rahm Emanuel, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, le ha recomendado a Obama no dar ni un paso. Gutiérrez (y otros millones de Gutiérrez, García y González) intentarán obligarle a hacerlo.

Por Antonio Caño

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