mayo 28, 2012

Movimiento Ibero, reaccionario + Autogestión y universidad crítica

El 15 de mayo del 2011, miles de jóvenes españoles se indignaron contra la profundización de la crisis española por responsabilidad del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y su efecto electoral fue muy claro: la victoria de la derecha del Partido Popular en las autonómicas y presidenciales.

Hace unos días, el 15-M celebró su primer año de existencia sin tener ningún efecto en la vida política española.
Los indignados mexicanos encabezados por estudiantes de la Universidad Iberoamericana parecen una calca del movimiento español: la irritación contra… la realidad, pero sin ofrecer salidas. Algún analista español hizo el cálculo del efecto en la economía si los indignados hubieran creado empresas comunitarias o juveniles, en lugar de seguir a la espera de que Papa Gobierno saque al país de la crisis y les devuelva a los jóvenes el bienestar perdido.
El movimiento estudiantil de jóvenes de universidades privadas mexicanas es una muestra de la confusión de ideas políticas de la protesta: mucha gente para tan poca agenda del verdadero cambio social. En el fondo, la movilización de estudiantes de universidades privadas carece de contenido y refleja más bien la frustración por la crisis y el miedo al desempleo o subempleo. Por tanto, su protesta debiera enfocarse antes que otra cosa contra sus universidades, comenzando con sus planes de estudio y la carestía de sus propios estudios.
Los estudiantes de universidades privadas tienen ya determinados sus espacios de mercado de trabajo en función de las definiciones de sus programas de estudio: el ITAM prepara recursos humanos para el sector financiero del gobierno, la Ibero se orienta a la capacitación de personal ejecutivo de empresas privadas aunque sin llegar a la propiedad, el Tec de Monterrey entrena a los jóvenes para los negocios como propietarios o muy bien pagados CEO y la Anáhuac se mueve primero en la formación religiosa de ejecutivos empresariales.
Los movimientos estudiantiles en el mundo carecen de enfoque político racional. Los chilenos, encabezados por la carismática Camila Vallejo enarbola la bandera del Partido Comunista al que pertenece y exige educación gratuita para un mercado de trabajo empresarial; los de España plantean la huelga para impedir recortes en salarios y subsidios, pero sin entender que el PSOE dejó quebradas las finanzas públicas por el populismo y que la derecha quiere primero salvar a las empresas para mantener el empleo y no subsidiar al empleo sin posibilidades de oferta de trabajo.
De ahí que los indignados mexicanos que quieren convertir la minúscula plaza de la Estela de Luz en su Plaza del Sol basen su militancia en jóvenes de universidades privadas donde reciben preparación para la élite, es decir, para la dirección de empresas privadas, de empresas fuera del país y de posiciones altas de gobierno o la perpetuación de vicios del sistema capitalista para el cual son entrenados para mantener.
En el 68 mexicano, el movimiento estudiantil se movió entre la protesta antisistémica y, por iniciativa del escritor José Revueltas, la conformación de un nuevo modelo de educación; marxista al fin, Revueltas tuvo la certeza de que el cambio de estructuras sociales y productivas sólo podría hacerlo la clase obrera y los estudiantes --pese a su entusiasmo-- no iban a cambiar el mundo y por tanto le dio contenido realista a la protesta estudiantil con el objetivo de reformar el modelo de educación y buscar la autogestión universitaria y la universidad crítica, pero crítica hacia sí mismas para poder tener coherencia en la crítica hacia el sistema político.
Si la movilización de jóvenes de universidades privadas se agota --como parece ser-- en la protesta contra la política de control informativo de Televisa, entonces se trata de demasiada protesta para objetivos menores, más aún si muchos de sus profesores trabajan en programas de Televisa.
La verdadera lucha no ni el voto ni por la transformación de los subsistemas que pululan alrededor de vigente sistema político priísta; y entre ellos, ocupa un lugar primordial el subsistema educativo, sin duda una de las herencias del viejo PRI que diseñó la educación como un aparato de control político, ideológico y conductual de las masas, lo mismo en la educación pública que en la privada.
Lo malo para los jóvenes indignados mexicanos es que sobrevive funcionalmente el subsistema educativo en la educación priísta (UNAM), que en la perredista (UNAM y Universidad de la Ciudad e México) y en la privada (educación al servicio de la ideología política, social y financiera dominante). Y que el sistema político priísta que domina relaciones sociales, de producción y políticas es el que prohíja las deficiencias democráticas que no gustan; así, el modelo de televisión vigente no es responsabilidad de las televisoras sino del sistema político al que se encuentran articulados, y dentro del cual se localiza el subsistema educativo de adoctrinamiento de los jóvenes.
De poco servirá que se cumpla el “pliego petitorio” de política abierta de comunicación que exigen a gritos los jóvenes indignados de universidades privadas, si al final de cuentas la formación intelectual de los jóvenes se orienta a apuntalar el sistema dominante. Extraña que los jóvenes sigan cometiendo el error de concepción teórica de querer cambiar el mundo en el subsistema educativo, sin modificar el sistema ideológico de la dominación política. Por eso Revueltas hablaba que “la autogestión académica es, ante todo, una toma de conciencia” y señalaba que la verdadera revolución educativa y de conciencias era la desenajenación vía la modificación de los programas de estudio y de los mecanismos de propiedad de los centros educativos.
Si deveras los indignados quieren cambiar el papel de los jóvenes, deben comenzar por sus programas académicos y por la estructura de propiedad de las universidades privadas
Por Carlos Ramirez
Post. RLB . Punto Político.

mayo 21, 2012

Fuentes y Echeverría, las dudas + Intelectuales: ni perdón ni olvido


El problema con los intelectuales mexicanos es su tránsito de escritores polémicos a tótems clásicos, a Tlatoanis del pensamiento. Pero si Carlos Fuentes fue festivo en el ensayo y la declaración política, el ajuste de cuentas debe basarse en las máximas de los pasados tormentosos: ni perdón ni olvido.
Los ajustes de cuentas de Fuentes con la historia serán dolorosos. Y la razón la dio el propio escritor: no se conformó con ser consejero del Príncipe sino que decidió dar el salto al vacío como funcionario del Principado. En 1977 Fuentes renunció a la embajada de México en París por la designación de Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España, pero siempre defendió su posición política de apoyo a Luis Echeverría y su participación en el PRI en la campaña de López Portillo.
La militancia política de Fuentes fue una opción asumida, con todo y sus riesgos implícitos. Fuentes racionalizó su apoyo a Echeverría y luego se retiró de la vida política institucional en 1977 sin dar mayores explicaciones. Al final, la militancia política de Fuentes en el Principado priísta quedó marcada por las contradicciones: en 1971 firmó un desplegado contra el halconazo, pero meses después salió en defensa de Echeverría. Luego en un mismo ensayo puso a Echeverría como víctima de la derecha en el halconazo, pero dejó un párrafo en el que incriminó directamente a Echeverría al señalar las mismas manos criminales en Tlatelolco y el halconazo:
“El 10 de junio se cometió un crimen. Y si ese crimen no es castigado, será difícil, a pesar de las manifiestas intenciones de Echeverría, creer en su política de apertura democrática. El problema es espinoso porque el crimen del Jueves de Corpus es hijo del crimen de Tlatelolco; obedece a una misma política y, acaso, lo cometieron las mismas manos y lo imaginaron las mismas cabezas”.
Pero el poeta y ensayista Gabriel Zaid puso en su lugar las florituras retóricas de Fuentes para justificar a Echeverría sin perder su propio espacio progresista: “si eres amigo de Echeverría, ¿por qué no le ayudas privadamente con el mayor servicio que nadie puede hacerle: convencerlo de que la matanza de Corpus no es un pelo cualquiera en la sopa de la Apertura, sino la prueba pública de que si cree que podemos democratizarnos o si cree, como don Porfirio, que todavía no estamos preparados?”
Lo que vienen ahora son las evaluaciones históricas de Fuentes. Y no faltarán quienes señalen que uno es el escritor y otro el hombre de acción política. Sin embargo, se tienen datos suficientes para ubicar la obra literaria de Fuentes en el contexto de sus definiciones simultáneamente políticas y de poder:
--En los años de sus definiciones de hombre de izquierda dentro de la Revolución Mexicana (1956-1968) Fuentes publicó La región más transparente como una obra crítica del México que traicionó a la Revolución, Las buenas conciencias para desembarazarse de su conservadurismo, La muerte de Artemio Cruz como la nostalgia del México cardenista y la crítica los hombres que desertaron de la Revolución y Cambio de piel como retrato (auto) crítico de la burguesía posrevolucionaria y hedonista.
--En los años de su abandono de la Revolución Cubana y de su militancia priísta dentro del poder (1969-1978), del 68 de Echeverría a la embajada en Francia, publicó Terra Nostra como evasión lingüística y La cabeza de la Hidra como una novela mediocre sobre los hombres nacionalistas del echeverriato que defendieron el petróleo.
--En los años de su alejamiento priísta (1980-2000), circuló Una familia lejana como su mejor novela y Cristóbal nonato como una advertencia adelantada del arribo del panismo poder al poder presidencial, esta última publicada en 1987 cuando el neoliberalismo estaba instalado en Los Pinos.
--Y en la alternancia (2000-2006), Fuentes publicó su novela de la nostalgia priísta: La silla del Águila, una alegoría de recordatorio de Adolfo Ruiz Cortines como hilo conductor y tipología del buen político priísta.
Las novelas de Fuentes después de 1987, a excepción de La silla del Águila, se extraviaron en la ausencia de un contexto político personal y fueron tan solo ejercicios narrativos forzados, sin fuerza dramática y sin la pasión de las ganas de escribir; como que a Fuentes se le terminó el país.
Ahora viene para Fuentes lo más difícil que enfrentan los escritores famosos ya en ausencia: el examen del tiempo. Y se verá si los lectores quieren a un escritor o a una estatua.
Por Carlos Ramirez
Post RLB, Punto Político.

mayo 17, 2012

Fuentes, un intelectual del poder


Si algún concepto definió el papel de Carlos Fuentes como analista político, sin duda que fue el de intelectual de la Revolución Mexicana. La propuesta ideológica de Fuentes se centró en la revalidación de los valores del movimiento social de 1910 que enarbolaba la izquierda oficial del PRI.
La militancia política de Fuentes tuvo cinco tiempos:
1.- Su propuesta de rescatar la propuesta de la Revolución Mexicana plasmada en la Constitución, aunque nunca pudo explicar coherentemente su propuesta de “socialismo dentro de la Revolución Mexicana”.
2.- Su declaración de fe cardenista y el modelo de Lázaro Cárdenas como propuesta política y de desarrollo, aunque sin racionalizar el corporativismo cardenista que desarticuló el potencial social de las clases obrera y campesina.
3.- Su adhesión al discurso político de Luis Echeverría como presidente de la república en 1971, a pesar del papel de Echeverría en la represión de Tlatelolco en 1968 y exculpando a Echeverría del halconazo de 1971. Fuentes dijo que era un “crimen histórico” dejar solo a Echeverría.
4.- Sus definiciones teóricas y conceptuales a favor del socialismo, pero cuando menos hasta el 2000 a favor del PRI y de varios de sus candidatos, por ejemplo por Beatriz Paredes. Al final, el socialismo de Fuentes no fue más que el cardenismo del capitalismo monopolista del Estado priísta.
5.- Su rechazo a la transición a la democracia porque en sus ensayos fue más proclive a defender el modelo social de la Revolución Mexicana enarbolado por el PRI que a pugnar por la democratización de la república. Para Fuentes, el sistema político debía medir su eficacia en función del bienestar y no de la democracia.
El Carlos Fuentes escritor político tuvo siempre un hoyo negro en su biografía intelectual: su apoyo desmedido, apasionado, sentimental y por tanto acrítico, ciego a veces y unidireccional a Cuba y a la revolución de Fidel Castro, pero luego vino su largo e inexplicable silencio cuando los intelectuales rompieron con Castro por la represión a la cultura y a los intelectuales. Frente a Castro, Fuentes simplemente calló, aunque tramposamente acreditó el impacto cultural del boom latinoamericano de escritores en los sesenta a la Revolución Cubana y no a los dos pivotes de esa generación: una literatura más fresca y renovadora y un modelo envidiable de comercialización.
Tres estaciones del papel intelectual y de escritor político de Fuentes:
1.- El manifiesto político del grupo El Espectador y luego la revista El Espectador en 1959, pidiendo la aplicación de las propuestas sociales de la Revolución Mexicana priísta. Los seis puntos fueron concretos: 1.- El cumplimiento estricto de la Constitución. 2.- Respeto incondicional al voto. 3.- Independencia del sindicalismo y elección democrática de dirigentes. 4.- Definición independiente de actividades políticas en México. Auténticos partidos políticos. 5.- Eventual integración de un congreso independiente del ejecutivo. 
6.- Manifestación efectiva del pensamiento público. Los firmantes del manifiesto -- Fuentes, Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero, Jaime García Terrés, Francisco López Cámara y Luis Villoro-- más tarde se sumaron al priísmo de Echeverría que representaba al viejo PRI, el de la CTM y el control del legislativo.
2.- La defensa que hizo Carlos Fuentes de Echeverría por el halconazo en las últimas páginas de su libro Tiempo Mexicano y el elogio del escritor al presidente que, afirmó, le había devuelto el valor a las palabras. Fuentes fue más allá y declaró: “dejar aislado a Echeverría es un crimen histórico de los intelectuales” (Excelsior, 22 de julio, 1972). A pesar de que luego se presentaron pruebas de la responsabilidad de Echeverría en el halconazo, fuentes escribió que ese incidente era una presión de la derecha para establecer una dictadura fascista en México; “¿cómo?, obligando a Echeverría a reprimir”. En 1975, a punto de la nominación de José López Portillo como sucesor priísta, Fuentes fue designado embajador de Echeverría en Francia. La ironía del destino que refrendó lo que Fuentes nunca quiso aceptar --el componente reaccionario del régimen priísta-- se confirmó en 1977 cuando López Portillo designó a Gustavo Díaz Ordaz como embajador ante el gobierno democrático de España.
3.- Pero antes de su renuncia, Fuentes como embajador participó como miembro del consejo consultivo del PRI durante la campaña presidencial de López Portillo. En una reunión del IEPES del PRI en noviembre de 1975 --el tema era la minería--, Fuentes dedicó su texto a elogiar a Echeverría: “el extraordinario esfuerzo realizado por Echeverría para recobrar la identidad de los principios y la acción”; y: “el gobierno de Echeverría (ejemplo del culto a la personalidad) ha sido el menos personalista de la historia”. Más: “Echeverría se ha despojado de todo individualismo de poder para abrir un nuevo camino colectivo en México”.
Al final, Fuentes nunca supo racionalizar lo que llamó la “inexplicable e indefendible coexistencia dentro del mismo régimen” de un economista de izquierda como Horacio Flores de la Peña y el ex cacique magisterial José Robles Martínez, aunque se trataba justamente de la esencia dialéctica del régimen priísta. Pero a Fuentes sólo le preocupó defender a Echeverría: “lejos de consagrar la política de represión, Echeverría optó por una política de democratización”. Y luego aceptó, con cinismo: “¿mayor sutileza, mayor habilidad, incluso mayor hipocresía, como alegan algunos? ¡Qué bueno! Aprovechemos esa habilidad, esa sutileza, esa supuesta hipocresía para ampliar los márgenes de una libertad que no ha sido producto de una concesión graciosa (aunque escribió que fue decisión de Echeverría), sino producto real de las luchas civiles de 1868 y también de las transformaciones sociales ocurridas y acumuladas (por el PRI) durante el último medio siglo” (Opciones críticas en el verano de nuestro descontento, Plural No. 1, agosto de 1972).
Para Fuentes la democratización tendría que venir desde el fondo del régimen priísta, aunque al final fue decisión del voto del 2000 contra el PRI.
Por Carlos Ramirez
Post.RLB.Punto Político

mayo 10, 2012

Los debates entre candidatos mayo 2012


El problema de la inseguridad se localiza de manera simple: las bandas actúan con la protección de sectores oficiales. La corrupción de la criminalidad ha comprado policías estatales y municipales, como lo vemos todos los días en las noticias. Y los candidatos dicen con toda tranquilidad que van a retirar a las fuerzas armadas de las calles para dejarle la seguridad a la policía, pero se niegan a dar explicaciones de cómo le harán para tener policías ajenos a la criminalidad.
Los debates entre candidatos presidenciales se inventaron para darle la oportunidad al elector de observar con sentido crítico las propuestas de los diferentes aspirantes pero también para mirar el rostro de los que todo lo prometen a cambio del voto pero luego no cumplen nada.
Sin embargo, la propia política pervirtió el sentido original: los candidatos asumieron el debate como un duelo de florete donde vale más la estrategia que la oferta original. En 1960, en el primer debate televisado en campañas presidenciales estadounidenses, John F. Kennedy sedujo al electorado que miró el debate porque apareció sonriente, fresco, jovial; en cambio, el republicano Richard Nixon ofreció la imagen de un bandolero: ojeras casi como antifaz, encorvado, agresivo, la barba como de dos días aunque era de barba cerrada y tenía que afeitarse tres veces al día.
En México Diego Fernández de Cevallos aprovechó la apertura y se lanzó a acusaciones contra el PRI y el PRD y ganó el debate, sólo que de manera aún inexplicada “desapareció” del escenario político y le dejó todo el espacio a Zedillo. En el 2006, López Obrador aprovechó el escenario del segundo debate para acusar a familiares del presidente Calderón de beneficiarse del poder y el candidato Calderón tardó en reaccionar.
El debate de hoy domino no ofrece certezas sino más incertidumbres. Los candidatos de los cuatro partidos carecen de figura política, ha  demostrado que su discurso es demagógico, suponen que el electorado es subnormal y por eso lo tratan como niños, llegan sin haber posicionado en el espacio político alguna oferta coherente y todo el tiempo ha transcurrido entre dardos verbales inofensivos y nada que tenga que ver con  los problemas nacionales.
Un indicio de cómo vendrá el debate ha estado en el manejo del contenido de los spots de radio y televisión: el candidato del PRI va a lo seguro vendiendo la imagen y resultados en general, la candidata del PAN no sabe cómo dimensionar la herencia del presidente Calderón y se la pasa atacando al PRI, el candidato del PRD perdió el foco y un día es amoroso y al día siguiente desenfunda su espada, pero al final tampoco ha mostrado coherencia; y el candidato del Panal deambula sin pena ni gloria, no sabiendo de dónde viene ni sabiendo a dónde quiere ir.
Los candidatos se han preparado para la confrontación; es decir, podrá ser un pleito entre ellos olvidándose del elector. Las propuestas y discursos conocidos nada dicen al electoral salvo cuando hablan de programas de dinero regalado. Los mensajes de los spots también desdeñan la inteligencia de los electores porque cifran en una frase o en un compromiso incumplible el voto pasional. Por eso es que muchos ciudadanos miraron con desdén la polémica por la negativa de TV Azteca de transmitir el debate en el canal 13, porque al final de cuentas se trata de un evento de/para las élites, no para el pueblo.

SEGURIDAD, SIN ESPACIO EN CAMPAÑAS

De manera peligrosa e irresponsable, el tema de la inseguridad se ha colado en la campaña presidencial pero no para mantener la lucha contra el crimen organizado sino para sacar raja electoral con las preocupaciones de la gente. Pero el tema en la realidad está más claro que el agua porque el dilema es sencillo: combatir a las bandas de delincuentes que todos los días asesinan, Secuestran y atacan o regresar a las fuerzas armadas a los cuarteles y dejar a la sociedad sin protección ante la dimensión de la criminalidad.
Lo malo parece ser la intención de los candidatos y sus grupos partidistas de politizar la inseguridad, sin entender que al final los afectados será el candidato que gane las elecciones. Si se sondea en el fondo de a sociedad, en las zonas donde el crimen organizado opera con impunidad y la complicidad de las autoridades locales, los candidatos podrían tener un pulso real de lo que piensan importantes sectores sociales. Pero los candidatos discursean para la tribuna, no para la sociedad.
El problema de la inseguridad se localiza de manera simple: las bandas actúan con la protección de sectores oficiales. La corrupción de la criminalidad ha comprado policías estatales y municipales, como lo vemos todos los días en las noticias. Y los candidatos dicen con toda tranquilidad que van a retirar a las fuerzas armadas de las calles para dejarle la seguridad a la policía, pero se niegan a dar explicaciones de cómo le harán para tener policías ajenos a la criminalidad.
Si se toma en cuenta el proceso de profesionalización de las fuerzas armadas, un oficial puede tardar quince años en prepararse técnica, moral y ciudadanamente y dentro del estricto orden de la disciplina militar. Los ejemplos de la policía federal exhiben dificultades en la profesionalización por la falta de un elemento controlador: loa disciplina militar; en las policías hay cuerpos de solidaridad similar a sindicatos y por tanto existen muchas formas de indisciplina que dañan la formación de cuadros.
La salida de la crisis de seguridad no se encuentra en los discursos ni en las promesas sino en la comprensión de la realidad. Pero los candidatos presidenciales en realidad no andan en busca de la realidad ni de soluciones reales, sino de frases demagógicas que capten las pasiones de los electores a favor de ciertas frases. Hace tres años el Partido Verde rompió el avance en derechos humanos al pedir la pena de muerte para secuestradores, a sabiendas de que era una bandera imposible de cumplir aunque ganaron algunos votos.
Los partidos están mostrando en las campañas que desdeñan a la realidad y a la sociedad y que sólo se trata de agitar pasiones para obtener votos, aún a sabiendas de que van a incumplir esas promesas.
Cómo estará la cosa que el del PRI hace compromisos y los tiene que firmar ante notario como evidencias de que la sociedad ya no le cree a los políticos, pero se cuida de firmar compromisos que forman parte de su trabajo cotidiano.

Los que se preguntan por qué hay tantos indecisos y por qué la votación será baja, no tienen más que revisar las campañas.

Por Carlos Ramirez
Post RLB, Punto Político.

mayo 09, 2012

Proyecto Alternativo de Nacion


Andrés Manuel López Obrador, "Proyecto Alternativo de Nación", izquierdas, elecciones 2012, Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), "Movimiento Ciudadano", debates

Por Paco Calderón
Post. RLB. Punto Político

mayo 08, 2012

Debate: el mundo según twitter + La nota: la Chiquitibum del IFE


La única diferencia que mostró el debate presidencial del domingo fue la incorporación a las discusiones de un nuevo agente social: el homo twitter. En ese servicio de la red se dio una discusión lúdica, fresca, irreverente, aunque despectiva y anarquista.
Algunos datos del retuiteo el domingo por la noche:
--La Chiquitibum edecán del IFE que provocó críticas al Instituto por su falta de delicadeza y la raza que gritó: ¡quierooooooooooooooooo!
--Más que evento político, la edecán del IFE convirtió el debate en tribuna cervecera de futbol. “¡Chiquitibum a la bim bom ba, a la bio, a la bao…!”
--Con razón Ricardo Salinas Pliego no quiso transmitir en debate en el 13 y en el 7, si el solemne salón del IFE se convirtió en competencia desleal de tribuna futbolera: balón vs. balones.
--No, pos sí: la edecán en efecto fue la última chela en el estadio.
--Las referencias a Gabriel Quadri, al principio, como el Guiri Guiri, con perdón de Andrés Bustamante.
--La nueva medida económica inventada por López Obrador para comparar cifras de dinero con el número de automóviles Tsuru, la tsuromedida.
--El debate, por el interés de los contendientes para atacar a los otros o paraatacar a los políticos como si el del Panal no hubiera entrado a la política, quedó en una paráfrasis de Mario Vargas Llosa: “la política del espectáculo”. La verdad es que nadie esperaba un debate de altura sino un espectáculo de circo romano.
--¿Cuánto vale un kilo de tortillas? 0.0003 tsurus.
--¿Es un político un candidato a la presidencia de la república? Porque Gabriel Quadri se la pasó echándole a los políticos.
--La insistencia de López Obrador en Santa Anna despertó la ira de los twitter a nombre de Porfirio Díaz, Benito Juárez y Francisco I. Madero y el propio Santa Anna pidió derecho de réplica.
--¿De qué se reía tanto la moderadora Guadalupe Juárez todo el debate porque dio la imagen de falta de seriedad?
--En los EU decían que el presidente Gerald Ford no podía mascar chicle y caminar al mismo tiempo; los contendientes mexicanos no pueden hablar y vigilar el cronómetro al mismo tiempo.
--AMLO hablaba tan lento que la persona que prestó el servicio de traducción para sordomudos parecía hacer tai chi.
--¿Habrá aumentado el costo de la democracia el IFE al pagarle con impuestos de los ciudadanos a la edecán Chiquitubum?
--Hubo empate en el debate entre la izquierda y la derecha… de la edecánChiquitibum.
--No fueron intervenciones de los candidatos sino spots al por mayor.
--En lugar de presencia física, los candidatos debieron de haber mandadospots.
--La ganadora del debate fue… la edecán Chiquitibum.
--Los cuatro candidatos que emergieron del debate: la sonriente Lupita, el traductor para sordomudos, la edecán Chiquitibum y el Gral. Santa Anna.
--Envidia le debió haber dado a los franceses por el debate mexicano, de altura, de peso y… por la edecán Chiquitibum.
--Las propuestas de los candidatos: el mundo feliz, el país de las maravillas o el rey desnudo.
--¿Por qué los productores censuraron la foto que iba a enseñar López Obrador de Peña Nieto con Carlos Salinas al cambiar de cámara un par de segundos antes de que el tabasqueño pudiera mostrarla.
--López Obrador no supo manejar el clímax mediático telenovelero: preparó todo para convertir a Peña Nieto en el Salinas del siglo XXI pero todo se quedó en insinuaciones y en una foto al revés. En la TV todo es directo o no es.
--No, López Obrador no puso la foto de Salinas y Peña al revés; nosotros somos los que estamos de cabeza.
--Y la comunidad tuitera coincidió: “gracias Leonardo Valdés por la Chiquitibum? Nuestros impuestos  están trabajando”.
Asimismo, la aparición del homo twitter mostró nuevos factores comunicacionales y en un nuevo protagonista capaz de poner la agenda del poder. Los temas derivados de la agenda twitter son variados:
--Nació el foro rojo en twitter, activo, irreverente, escéptico, inquisidor y anarquista.
--La crítica a la Chiquitibum de Leonardo Valdés y su falta de sensibilidadcaló en el IFE porque convirtió el evento electoral más importante en un tubo político: más que debate parecía Aventurera. El IFE quedó reducido a un table político al estilo de Pancho Cachondo.
--La necesidad de los consejeros del IFE de aclarar la contratación de la edecán, sobre todo por su actividad como playmate de revistas para adultos.
--La urgencia de reconfigurar el debate para hacerlo más dinámico y mejorar la producción. El debate Sarkozy-Hollande mostró las posibilidades de la producción.
--El papel clave del posdebate como espacio de inducción política. Si el debate acaparó el 10% del rating o el 10 % del electorado, el posdebate en medios al día siguiente puede multiplicar la audiencia.
--La parcialización de la comentocracia al invitar como comentaristas a personalidades de los medios escritos, pero sin aclarar las preferencias obvias a favor de alguno de los cuatro candidatos. Las opiniones quisieron ser objetivas pero se dieron a favor de su candidato. Ya no es posible engañar al auditorio.
Por Carlos Ramirez.
Post.  RLB.  Punto Político