Europa: castigo sin objetivos + Cambios para seguir iguales
Las
sociedades europeas se han quedado pasmadas: los cambios de gobiernos empujados
por la crisis económica y las protestas sociales en las calles han conducido a
más de lo mismo, cumpliendo la maldición del príncipe de Lampedusa de que todo
cambie para que las cosas sigan igual.
Inglaterra, Portugal,
Grecia, Italia y España echaron del poder a los gobiernos en turno algunos de
izquierda y otros de derecha por la aplicación de severos programas de ajuste
macroeconómica que provocaron recesión, desempleo y pérdida de bienestar pero
sus relevos llegaron para gestionar el mismo programa de ajuste de sus
antecesores.
PARIS, Francia.- Así, los relevos políticos
empujados por la irritación o indignación social no significaron enfoques
sociales en las políticas económicas. En España, por ejemplo, el opositor
Mariano Rajoy del centro-derecha partido popular se cuidó de no ofrecer una
propuesta económica porque habría de ser igual a la de José Luis Rodríguez
Zapatero y su centro-izquierda Partido Socialista Obrero Español; ahora mismo,
en la preparación de su programa de gobierno, Rajoy ya ratificó las medidas de
ajuste antisocial de Zapatero y mantendrá la meta de bajar el déficit
presupuestal.
En Italia, la euforia por
echar finalmente del poder al Cavaliere Silvio Berlusconi dejó la impresión de
que iba a modificarse el enfoque de la política económica de ajuste, pero
arribó en su lugar el tecnócrata Mario Monti, quien no sólo es empresario y
forma parte de la Comisión Trilateral que conforma una de las élites del poder
financiero más importantes del mundo sino que también trabajó nada menos para
Goldman Sachs, una de las compañías responsables de la crisis financiera de
2008 pero que se salvó porque muchos de sus funcionarios formaron parte del
gobierno de George W. Bush; como dato adicional, Goldman Sachs fue acusada de
ser la responsable de ayudar al gobierno griego del conservador Karamanlis de
ocultar las cifras reales para ingresar a la Unión europea con cifras falsificadas
de las finanzas públicas, lo que provocó la quiebra técnica de Atenas y el
colapso reciente de la Unión Europea. Goldman fue salvado de la bancarrota por
decisión de Bush.
La crisis económica que está
tambaleando a la UE y sobre todo a la eurozona o países donde el euro es la
moneda corriente está ocultando la verdadera dimensión del conflicto: la
hegemonía de una élite financiera controlada por la Francia de Sarkozy, la
Alemania de Angela Merkel, el todopoderoso Banco Central Europeo como sede de
la ortodoxia del pensamiento económico regional, el Fondo Monetario
Internacional y los bancos privados europeos dominados por Francia y Alemania.
Por tanto, la intervención de Sarkozy y Merkel tiene que ver con la protección
a sus grandes bancos privados y desde luego la ortodoxia neoliberal en materia
de pensamiento económico.
El caso del FMI es especial.
Un incidente provocó la caída de su director gerente Dominique Strauss-Kahn,
hasta mayo pasado el principal precandidato del Partido Socialista Francés;
esta semana un analista de The New York Review of Books de Nueva York hizo una
indagación de las horas candentes de su conflicto con una mucama del hotel
Sofitel de Nueva York y dejó entrever un posible complot armado en su contra.
SK, como se conoce a hoy ex director del FMI, se perfilaba como el principal
rival de Sarkozy para las elecciones presidenciales de mediados del próximo
año.
El conflicto sexual de SK
permitió una jugara de tres bandas: debilitar el papel del Partido Socialista
en la crisis financiera de Europa, frenar a un contrincante de Sarkozy y
permitir el arribo de la ministra de Finanzas de Sarkozy, la abogada Christine
Lagarde, al control del FMI justo en el momento de la severa crisis económica
europea. KS había sido un liberal en la dirección del FMI y había logrado la
aprobación de una política fiscal más laxa en momentos de la crisis de 2008,
avalando inclusive una tasa de déficit presupuestal de los gobiernos más arriba
del máximo tolerable de 2%, como una forma de reactivar la economía, aunque
muchos gobiernos europeos fueron mucho más allá y llegaron a cifras de déficit
de dos dígitos y el de Francia llegó a 8%.
Por tanto, el la Unión
Europeas se está dando una guerra de posiciones de poder en dos escenarios: el
del relevo de gobiernos ineficaces en la aplicación de políticas de ajuste para
bajar déficit y pagar la deuda aún a costa de desempleo, baja salarial,
recesión y alza de impuestos y el del control de los espacios de poder en los
gobiernos, en las alianzas financieras tipo Francia-Alemania, y en la
imposición de gobiernos tecnocráticos más eficaces en la implementación de los
programas de ajuste neoliberal.
En este contexto, los
relevos de gobiernos sólo legitiman las redes de intereses del poder financiero
europeo. En Italia Monti hará un gobierno neoliberal como el del grupo Miguel
de la Madrid-Carlos Salinas en 1982: una tecnocracia al servicio de las
doctrinas del FMI. Y en España, el margen de maniobra de Rajoy es muy poco
porque en las primeras horas posteriores a su contundente victoria en las urnas
--44% contra apenas el 28 del PSOE-- fue presionado por Alemania para
comprometerse a mantener y aún a profundizar el programa de ajuste de Zapatero
que no tiene el objetivo de subir el empleo, recuperar el salario y reactivar
el crecimiento, sino profundizar el ajuste para garantizar el pago del servicio
de la deuda. El ministro de Finanzas de Rajoy estará controlado por el Banco
Central Europeo.
Así, los procesos
electorales sirven a los electores sólo para castigar al partido en el poder
pero no para cambiar el rumbo económico neoliberal. En esta fase, el eje
París-Berlín ha tomado el control del rumbo financiero de la UE y tiene sólo el
objetivo de salvar a los bancos y no proteger el bienestar de los ciudadanos.
Por Carlos Ramirez
Post RLB . Punto Político