Impulsados
y consolidados por personalidades y organizaciones de la coalición neopopulista
de centro-izquierda, los chavos del movimiento YoSoy132 se han salido del
espacio de la lucha política y se comportan como pandilleros políticos
similares a fascios.
De ahí que
la mini cumbre política de organizaciones disidentes, reunida en Oaxaca el
pasado fin de semana, haya estimulado al 132 a aumentar el grado de su protesta,
con lo que se confirmó la dependencia política del movimiento estudiantil
respecto al Movimiento de Atenco, la Sección XXII de maestros, la APPO oaxaqueña
y el SME.
En este
contexto, el 132 se acercó ya a cuando menos tres definiciones:
1.-
Establecer si sigue siendo un cuerpo político unitario, aunque en sus bases
comiencen a decantarse separaciones por el tipo de acciones callejeras que sólo
aspiran a llamar la atención y más por déficit de atención que como acciones
propagandísticas.
2.- Definir
su modelo político y con ello su objetivo final porque algunos dicen que buscan
una democracia auténtica --cualquier cosa que eso quiera decir-- y otros han
pasado ya a movimiento anti-sistémico y por tanto anarquista, aunque
tropezándose unos contra otros.
3.- Aceptar
su dependencia orgánica del movimiento de Andrés Manuel López Obrador porque ya
nadie les cree que luchen por una “democracia auténtica” sino que operan como
sector juvenil neo-populista del tabasqueño.
La escalada
de violencia pandilleril del 132 ha sido tomada en los espacios
analíticos del poder como una exhibición de la falta de efecto político del
movimiento en la sociedad y como indicio de desesperación de los sectores
radicales. Lo que más ha frustrado al 132 ha sido que su movimiento anti-PRI no
ha encontrado eco en una sociedad que decidió reinstalar en Los Pinos al PRI.
Pero una
cosa es que los del 132 sean chavos y desconozcan la realidad del país
--Salvador Allende dijo en Guadalajara en 1972 que el primer deber de los
estudiantes era conocer la realidad social-- y otra cosa que carezcan de
reflexión y pensamiento político para comprender la realidad que dicen querer
cambiar.
En este contexto,
los chavos del 132 deberían de responder a otro paquete de preguntas básicas:
1.- ¿Cuál
es su definición de democracia y de ahí establecer cuál es su definición, a
partir de la ciencia política, democracia auténtica? ¿Tienen algún estudio
concreto sobre la evolución de la teoría política sobre la democracia?
2.- ¿Cuál
es su diagnóstico sobre el sistema político priísta, cómo nació, cómo ha
sobrevivido, por qué permitió el regreso del PRI a la presidencia?
3.- ¿Cuál
es su diagnóstico de la crisis del sistema político en el 2000 y la alternancia
partidista y cuál es su razonamiento politológico sobre la victoria electoral
del PRI el pasado primero de julio?
4.- ¿En
base a qué estudios y modelo de interpretación política consideran que Enrique
Peña Nieto ganó sólo por la televisión?
5.- ¿Qué
opinión tienen de la encuesta sobre cultura cívica hicieron en México, y en
otros cuatro países, los politólogos Gabriel Almond y Sidney Verba en 1963 y en
la que concluyeron que la cultura política del mexicano no es de definiciones
filosóficas sino de conveniencias del Estado de bienestar?
5.-
¿Consideran que las estrategias electorales de Peña Nieto también las utilizó
Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, sobre todo la imagen de
televisión? ¿Por qué no han criticado a López Obrador de su anterior
complicidad con Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego desde el GDF?
6.-
¿Basados en qué estudios científicos --encuestas, investigaciones de campo,
indagaciones socio-psicológicas-- afirman que los mexicanos que votaron por
Peña Nieto fueron estupidizados por la televisión o los compraron por hambre?
¿Consideran que los votantes del PRI son enajenados mentales que deben ser
eliminados políticamente? ¿Bajo qué principio de autoridad el 132 --y no las autoridades
constitucionales electorales-- califican quién ganó las elecciones y en base a
qué criterios legales? ¿Son ustedes un IFE paralelo que dirá quién ganó y quién
no y no en base a votos sino a sentimientos?
7.- ¿En qué
espacio político se colocan: movimiento democratizador institucional,
movimiento anti-sistémico, movimiento anarquista, guerrilla Playboy por
aquellas niñas que enseñaron el busto el 15 de septiembre como forma de
protesta, movimiento revolucionario?
8.- ¿Qué
tipo de democracia quieren: representativa, a mano alzada, institucional aunque
con iniciativas populares, proletaria, pequeño burguesa? ¿Son sus modelos
democráticos el SME como parásitos a costa del erario, la APPO que quiso una
Comuna revolucionaria en Oaxaca, la Sección XXII de maestros de Oaxaca que
suspende clases a capricho o los machetes de Atenco? ¿Quieren llevar a esos
movimientos al poder popular presidencial?
9. ¿Cuál es
su estudio científico y politológico sobre la calidad de la democracia? En
ciencia política comparada, ¿en qué nivel y bajo qué investigación científica
colocan a la democracia mexicana?
10.- ¿Creen
ustedes que los estudiantes pueden cambiar el sistema productivo y por qué
métodos de lucha? Si tanto insisten en que sólo una revolución cambiaría el
destino de México, ¿por qué no han renunciado a sus escuelas y se han ido a la
montaña a hacer la revolución y por qué todo se agota en carteles chistosos
pero ineficientes?
Por Carlos
Ramirez,
Post.RLB. Punto
Político.