Diego: mensaje para el 2012 + Crisis por falta de transición
1.- El secuestro del suegro del presidente Luis Echeverría inició el conflicto de ruptura con los empresarios y modificó la sucesión presidencial de 1976.
2.- El intento de secuestro de Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente electo José López Portillo, determinó una lucha por el poder en las élites, azuzadas por el aumento de la guerrilla.
3.- Los asesinatos del columnista Manuel Buendía en 1984 y del agente antinarcóticos estadunidense Enrique Camarena en 1985 por el asunto del narco fueron producto del intervencionismo estadunidense que decidió la sucesión presidencial de 1988.
4.- Los asesinatos del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio cambiaron el sentido de la sucesión presidencial de 1994.
5.- El secuestro espectacular de Fernando Gutiérrez Barrios, también producto de una disputa violenta en las élites, fue el preludio de la alternancia. Liberado, Gutiérrez Barrios fue el encargado del proceso de selección del candidato presidencial priísta que perdió las elecciones.
En este contexto, el presunto secuestro de Diego Fernández de Cevallos tiene un contexto muy especial:
1.- La guerra contra las drogas y el arresto y casi inmediata liberación de la esposa de Joaquín El Chapo Guzmán Loera. A ello se agrega el dato de la influencia de Diego en la designación del equipo de seguridad del gobierno federal.
2.- El papel de Diego en el grupo político del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, ahora de regreso para impulsar al PRI en la recuperación de la presidencia de la república. Diego estaría en la lógica de mantener al PAN en la presidencia.
3.- La circulación del nombre de Diego como candidato presidencial del PAN en el 2012 como el único panista capaz de mantener la presidencia en poder del PAN y evitar el regreso del PRI.
4.- El proceso de designación de consejeros nacionales del PAN como el camino para establecer el grupo dominante que tendría a su cargo la designación del candidato presidencial panista para el 2012.
5.- La incapacidad de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón para impulsar la verdadera transición mexicana a la democracia y la construcción de instituciones democráticas.
A ello se agrega un escenario inédito: ¿por qué el gobierno de Fox no enfrentó un escenario de confrontación violenta? Porque decidió no romper con el PRI y porque el PRI llegó fracturado a la definición de su candidato presidencial. Calderón, en cambio, tomó la determinación de combatir a las mafias del narcotráfico que ya se habían incrustado en instancias institucionales del viejo régimen priísta. Ahí Calderón tocó nervios sensibles: la persistencia de viejos pactos del PRI con estructuras paralelas del crimen organizado. De ahí la respuesta violenta de las mafias, la falta de solidaridad del PRI legislativo y el escenario de debilidad política de Calderón.
El desafío del presidente Calderón es similar al que enfrentó Salinas con el tratado de comercio libre y la liberación de fuerzas sociales: las cinco crisis de toda transición sin plan de vuelo y sin acuerdo plural.
1.- La inestabilidad: cuando las estructuras del sistema político son incapaces de canalizar movilizaciones radicales.
2.- La desestabilización: cuando el sistema político es afectado por organizaciones de fuera del mismo régimen.
3.- La ingobernabilidad: cuando las ofertas de modernización institucional son menores a las demandas de grupos radicales de todo tipo.
4.- El vacío de poder: cuando las estructuras de gobierno quedan paralizadas por falta de reglas o iniciativas de adecuación de demandas.
5.- La restauración del viejo orden: cuando la sociedad decide interrumpir la experiencia de la alternancia y opta por regresar al partido anterior.
La situación actual de México es bastante parecida a la vivida en el país en los sexenios de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo y que plantearon un deterioro progresivo de la capacidad política para gobernar, además de la pérdida de la iniciativa política de los gobiernos, la polarización de la sociedad y la ausencia de acuerdos de gobernabilidad con los grupos radicales. Si en esos años la salida inducida fue la alternancia partidista en la presidencia de la república, ahora la falta de un proyecto de transición pactada a un nuevo régimen y a otro sistema político lleva las contradicciones a la restauración del viejo orden.
Lamentablemente, ahora lo de menos es Diego Fernández de Cevallos. Diego sería el Aldo Moro mexicano: el pretexto de una crisis. El problema radica es ver si el gobierno de Calderón va a optar por la transición pactada o reproducirá el fenómeno político que llevó al PRI a la derrota.
Por Carlos Ramirez.
Post RLB. Punto Politico.