Mario Villanueva: narco Cuba + Fidel y Raúl estaban enterados
La extradición del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, a los Estados Unidos ha comenzado a causar inquietudes en el gobierno cubano de los hermanos Castro porque va a reabrir el delicado tema del narcotráfico en Cuba avalado por los altos jefes de la revolución.
La vertiente cubana del caso Villanueva reabriría los expedientes del general Arnaldo Ochoa y los hermanos la Guardia, fusilados bajo cargos de haber traicionado a la Revolución Cubana. Pero ellos --y otros altos cargos de la élite castrista-- formaban parte de la red de tráfico de drogas de Cuba. Y como vinculación latente estaba la relación orgánica de Fidel Castro con el entonces hombre fuerte de Panamá, Manuel Antonio Noriega, encarcelado en los EU por tráfico de drogas y apenas extraditado a Francia.
Villanueva era considerado en Cuba como el contacto mexicano de las altas esferas cubanas. La Isla de Cuba se localiza en el camino para la distribución de la droga procedente de Colombia y ahora de Venezuela. En 1999, Villanueva mantenía relaciones estrechas con el entonces canciller de Cuba, Roberto Robaina, al grado de que la remodelación de la cancillería había sido realizada con dinero aportado por Villanueva. Los datos políticos señalan que la relación Robaina-Villanueva había sido aprobada por Fidel y Raúl Castro.
Cuando se abrió el megaproceso contra Villanueva en México, por presión de los Estados Unidos y la aprobación del presidente Zedillo, Cuba decidió rápidamente romper la vinculación oficial con el gobernador quintanarroense y el canciller Robaina fue abruptamente cesado bajo la acusación de haber traicionado a la Revolución, presentarse como el “heredero” de Fidel Castro y “pactar” una transición política cubana hacia el capitalismo. Sin embargo, no hubo ninguna prueba.
Tres años después, Robaina fue echado de todas las instancias del partido y colocado en el puesto menor. En el 2002 el escritor Carlos Alberto Montaner reveló que en Cuba han “exhumado su cadáver (político) con el objeto de volver a liquidarlo. ¿Qué ha pasado? Muy sencillo: el ex gobernador mexicano de Quintana Roo, Mario Villanueva, preso por narcotráfico y otros delitos graves, probablemente será extraditado (y lo fue ocho años después) a los EU y saldrán a la luz pública sus relaciones con el gobierno cubano y su paso nada honroso por la isla. Castro quiere tener listo su chivo expiatorio y quien mejor que Robertico Robaina, amigo de Villanueva, para ser culpado de esos vínculos delictivos”.
El proceso de extradición de Villanueva a los Estados Unidos en 2002 no pudo concretarse por cuestiones legales que ganó el ex gobernador quintanarroense. De todos modos, en previsión de conflictos por venir, Fidel Castro expulsó a Robaina del Partido Comunista y lo dejó en el vacío político de un régimen comunista que puede ser más doloroso y dañino que la cárcel.
El estilo político de Fidel Castro es de sobra conocido. En 1989 se deshizo del general Arnaldo Ochoa y de los dos hermanos la Guardia --los tres amigos personales de Raúl Castro-- bajo los mismos cargos de conspirar contra la Revolución; es decir, crecer personalmente en apoyo popular y opacar la estrella del caudillo de la Sierra Maestra. Pero los hermanos la Guardia participaban en el tráfico de productos para allegarle divisas al gobierno cubano. Y lo hacían con el aval de Fidel y Raúl Castro. Entre los productos de contrabando se incluía la cocaína procedente de Colombia rumbo a los EU. Antes de que estallara el conflicto, Fidel Castro fusiló a Ochoa, al coronel Antonio la Guardia y a otros militares.
La relación de Villanueva con Robaina tenía el beneplácito de los hermanos Castro. Inclusive, ya en plena huida y aún con el cargo de gobernador de Quintana Roo, la policía temía que Villanueva se refugiara en Cuba. Las versiones hablaban de 25 mil dólares entregados por Villanueva a Robaina para la remodelación del edificio de la cancillería en La Habana. Pero además, existen indicios de que hubo otras entregas de dinero en efectivo y cheques de Villanueva a Robaina, además de acusaciones de que Robaina utilizaba el avión oficial del gobierno de Quintana Roo para viajes por la zona. Todos estos datos eran conocidos por Fidel Castro pero se usaron en contra de Robaina cuando arrestaron a Villanueva.
La extradición de Villanueva ha regresado el nerviosismo a Cuba, sobre todo por el interés del gobierno de Obama de replantear la relación y por las decisiones para ampliar el aislamiento de La Habana. De todos modos, Cuba sigue apareciendo en las rutas del narcotráfico en el Caribe y más ahora que Venezuela se ha convertido en uno de los países trampolín de la droga y del lavado de dinero del narcotráfico.
Como los EU controlan el flujo de droga y el lavado, en consecuencia están en poder de suficiente información criminal sobre el papel de Venezuela y Cuba en el tráfico de droga. Villanueva está acusado de permitir el uso de su estado para el trasiego de substancias prohibidas y cobrar por ello. Si el asunto va a fondo y toca el punto del tráfico --y no nada más el del cobro por derecho de paso--, entonces Cuba va a volver a colocarse en el centro del conflicto mundial: un comunismo articulado al narcotráfico.
Y a los Castro se le aparecerán los fantasmas de Arnaldo Ochoa y Tony la Guardia y Noriega.
Y a los Castro se le aparecerán los fantasmas de Arnaldo Ochoa y Tony la Guardia y Noriega.
Por Carlos Ramirez
Post RLB. Punto Politico.
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