octubre 12, 2009

Decisión por radicalismo de SME

Truena modelo sindical populista

1.- Cada vez que algún sindicato independiente u oficialista desafía la autoridad del Estado, las decisiones del poder conducen inevitablemente a un acto de autoridad. La intransigencia del Sindicato Mexicano de Electricistas produjo la liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
2.- La amenaza de estallamiento de huelga por el SME, por la negativa gubernamental a reconocer la elección fraudulenta de Martín Esparza como líder sindical, llevó a una situación de ruptura: con la huelga, el gobierno habría de aplicar la requisa. La liquidación de la empresa, que se venía examinando en el gobierno desde 1982, fue el camino asumido.
3.- El control de los sindicatos ha sido siempre un mecanismo de ejercicio del poder público, lo mismo en los regímenes capitalistas que socialistas y progresistas. Cárdenas organizó al movimiento obrero inventando la CTM para mantenerlos subordinados al gobierno. Echeverría y su secretario del Trabajo, Porfirio Muñoz Ledo, aplastaron al sindicalismo independiente para beneficiar al modelo PRI de Fidel Velázquez. Y Cuba, la ex URSS, Corea y China tienen un control militar sobre los sindicatos.
4.- El SME, como el sindicato petrolero con La Quina, se convirtió en un espacio político de la disidencia rupturista con el Estado. El SME quería el control absoluto de la empresa, pero sin dar a cambio eficacia financiera, laboral y de servicios.
5.- El quinazo de Carlos Salinas y el esparzazo de Calderón fijaron las nuevas reglas de relación del estado y los trabajadores. El PRI de Echeverría inventó el modelo de alianza histórica, en donde los trabajadores apoyaban las decisiones del gobierno a cambio de recibir una política tutelar. El esquema funcionó hasta el agotamiento de Fidel Velázquez: la lucha sindical de los cincuenta y sesenta y la capacidad de organización independiente de la segunda mitad de los setenta. La pérdida de la hegemonía del PRI significó la liberación sindical. Y ese hecho llevó al dilema de mantener la lealtad al Estado aunque éste ya representara los valores de la revolución mexicana o enfrentar al Estado en su proceso consolidación capitalista.
6.- El conflicto entre las dos visiones --la sindicalista y la capitalista-- llevó a fricciones y también a redefiniciones. El ciclo neoliberal de 1982 a la fecha llevó al replanteamiento de las relaciones políticas entre Estado y sindicatos. Los sindicatos se han tardado en entender que el Estado mexicano ya no es el Estado de la revolución mexicana y el PRI hace tiempo abandonó la vertiente sindicalista… y a la revolución mexicana.
7.- Paulatinamente se han venido agotando los liderazgos sindicales independientes que trataron de influir en el rumbo económico y social del país. La Quina, Esparza y actualmente el STUNAM han querido conformar organizaciones sindicales de corte partidista y a favor de una definición política económica y laboral del Estado. Estas organizaciones, y otras menores, han tenido que optar por la oposición. Y han tenido que andar el camino rumbo a la colisión con el Estado, pues son sindicatos que dependen de los recursos del Estado.
8.- En este contexto, el próximo conflicto que se perfila es el del STUNAM. La rectoría de la UNAM, con el rector José Narro, militante del viejo PRI, está encabezando una ofensiva de crítica contra el gobierno por el recorte presupuestal general. Narro está presionado por el sindicato y el pago de gasto corriente y la imposibilidad de convencer al sindicato de un periodo de austeridad. La principal preocupación del rector no se localiza en la necesidad de reorganizar el presupuesto universitario, sino en su debilidad para revisar el contrato de trabajo. La UNAM depende de manera absoluta de los subsidios del Estado.
9.- Del quinazo al esparzazo han pasado veinte años de replanteamiento de la relación del Estado con los sindicatos. Pero del lado del sindicalismo ha existido una notable limitación en la reflexión política, aunque un agudizamiento del guerrerismo verbal. El Estado, en cambio, ha tenido siempre la claridad de su proyecto: el desmantelamiento del aparato político e ideológico que el priísmo cardenista --primero con el PRM y luego asumido por el PRI-- construyó para una alianza sindicatos-Estado en contra de los empresarios.
10.- Los sindicatos han perdido la oportunidad de reflexionar sobre los cambios políticos. El viejo modelo de relación Estado-sindicatos para enfrentar a la empresa privada dio paso a la alianza Estado-empresarios que sacrifica a los sindicatos. Los sindicatos debieron de buscar nuevas formas de inserción en el proceso productivo. En 1993 López Obrador aprobó un programa del PRD que planteaba la propiedad accionaria de los trabajadores y en Italia el Parido Comunista inventó los comités de fábrica.
11.- El sindicalismo del SME perdió la opinión pública y por tanto redujo su base social. Ese sindicalismo prefirió la lucha por beneficios propios sin atender a la lógica marxista de su representación popular. Así, los beneficios sindicales se consiguieron a costa de bajar los recursos para la sociedad. El subsidio a la Compañía de Luz era de recursos quitados a gasto social.
12.- Con la decisión de liquidar a la Compañía de Luz se cierra un modelo de sindicalismo en las empresas estratégicas. Pero los trabajadores debieran comenzar a pensar en el modelo sindical posterior a la alianza histórica con el Estado.
Por Carlos Ramirez
Post RLB. Punto Politico.

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