Brasil pa’delante, México pa’tras, ¿por qué?
Los intereses de grupos que se enriquecen con un PEMEX burocratizado y sin ninguna supervisión de los mercados, es una muestra al mundo de la mentalidad obsoleta y cortoplacista.
En los últimos diez años el crecimiento económico promedio anual de Brasil fue de 3.7%; mientras en México, de 2.3%. En el 2010 se calcula que Brasil crecerá en 6% mientras México en 3%.
En los primeros 5 años de esta década, México recibió más inversión extranjera que Brasil; ahora Brasil recibe casi el doble de inversión extranjera que México. Aunque la economía brasileña no está exenta de burocratismo, populismo y reglamentaciones excesivas, consolidaron la percepción entre los inversionistas que tienen una mayor apertura en los sectores básicos que México.
La carta de presentación para demostrar su apertura es Petrobras; mientras en México la mayoría de congresistas siguen satanizando la apertura de PEMEX a la inversión privada, en Brasil consolidaron la apertura de Petrobras a los particulares. Hace diez años Brasil importaba petróleo, actualmente es exportador. En los últimos 10 años la producción de petróleo en México cayó en 26%; mientras en Brasil aumentó en 86%. El año pasado el valor de la empresa Petrobras fue superior a Microsoft; mientras en México la empresa petrolera está contablemente quebrada y nadie sabe su valor real, pues no cotiza en ningún mercado.
La mayoría de los brasileños se sienten orgullosos de Petrobras, la ven como una empresa brasileña, aunque no es totalmente gubernamental. El gobierno brasileño tiene 32% de las acciones de Petrobras; otras entidades paraestatales el 19%; 8% un banco de desarrollo; 2% el sindicato y el 39% están en poder de particulares, nacionales y extranjeros.
Los intereses de grupos que se enriquecen con un PEMEX burocratizado y sin ninguna supervisión de los mercados, es una muestra al mundo de la mentalidad obsoleta y cortoplacista de un grupo de políticos mexicanos que por intereses de financiamientos a sus partidos o por ideologías obsoletas, se oponen a abrir PEMEX al mercado y convertirlo en una empresa eficiente, moderna y globalmente competitiva.
En los primeros 5 años de esta década, México recibió más inversión extranjera que Brasil; ahora Brasil recibe casi el doble de inversión extranjera que México. Aunque la economía brasileña no está exenta de burocratismo, populismo y reglamentaciones excesivas, consolidaron la percepción entre los inversionistas que tienen una mayor apertura en los sectores básicos que México.
La carta de presentación para demostrar su apertura es Petrobras; mientras en México la mayoría de congresistas siguen satanizando la apertura de PEMEX a la inversión privada, en Brasil consolidaron la apertura de Petrobras a los particulares. Hace diez años Brasil importaba petróleo, actualmente es exportador. En los últimos 10 años la producción de petróleo en México cayó en 26%; mientras en Brasil aumentó en 86%. El año pasado el valor de la empresa Petrobras fue superior a Microsoft; mientras en México la empresa petrolera está contablemente quebrada y nadie sabe su valor real, pues no cotiza en ningún mercado.
La mayoría de los brasileños se sienten orgullosos de Petrobras, la ven como una empresa brasileña, aunque no es totalmente gubernamental. El gobierno brasileño tiene 32% de las acciones de Petrobras; otras entidades paraestatales el 19%; 8% un banco de desarrollo; 2% el sindicato y el 39% están en poder de particulares, nacionales y extranjeros.
Los intereses de grupos que se enriquecen con un PEMEX burocratizado y sin ninguna supervisión de los mercados, es una muestra al mundo de la mentalidad obsoleta y cortoplacista de un grupo de políticos mexicanos que por intereses de financiamientos a sus partidos o por ideologías obsoletas, se oponen a abrir PEMEX al mercado y convertirlo en una empresa eficiente, moderna y globalmente competitiva.
Por Luis Pazos.
Post RLB. Punto Politico.
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