La imposición de límites a la compra y venta de dólares es una muestra más de la ingenuidad con la que el gobierno ha enfrentado al narcotráfico, ingenuidad producto de lo que muchos consideran lo políticamente correcto, que desde el punto de vista económico, ¡y ético!, no pasa de ser un disparate, pero uno muy peligroso, y a las pruebas me remito.
El objetivo de las “medidas para regularizar la entrada de dólares en efectivo al sistema bancario mexicano” o, dicho de otra manera, la imposición de límites a la compra y venta de dólares entre la banca comercial y los propietarios de los mismos, tiene como objetivo evitar el lavado de dólares que, por definición, provienen de actividades definidas por las leyes como delictivas, tal y como es el caso de la compra y venta de drogas, comercio definido como delictivo, sin que, por su propia naturaleza, lo sea. Son delictivas, por su propia naturaleza, las acciones que violan los derechos de los demás: matar, secuestrar, robar, etc..
Consumir drogas es una actividad dañina, pero no delictiva por su propia naturaleza, razón por la cual el comercio de las mismas es éticamente cuestionable, pero no delictivo por su propia naturaleza, como tampoco lo es la venta y compra de dólares, independientemente del origen de los mismos. Sin embargo, las autoridades, en una muestra más de ingenuidad, no lo consideran así, y ya tenemos las reglas que imponen límites a la compra y venta de dólares entre la banca comercial y los propietarios de la divisa, lo cual tendrá como consecuencia, muy probablemente, que el tiro se dispare por la culata.
Lo que se busca, según entiendo las cosas, es que al dificultar el lavado de dinero, o al menos parte del mismo, el que se realiza a través de la banca comercial, se dificulte también, si no todo, sí parte el narcotráfico, lo cual debería, si no eliminar, sí reducir el consumo de drogas, reducción que debe ser el objetivo central, por una razón muy sencilla: el problema no es la compra y venta de dólares, y tampoco lo es la compra y venta de drogas; el problema es el consumo de drogas, el problema es la drogadicción, el problema es el vicio que la misma supone, el problema es la desintegración de la personalidad del drogadicto, y no veo como las “medidas para regularizar la entrada de dólares en efectivo al sistema bancario mexicano”, que no son más que la imposición de límites a la compra y venta de dólares entre la banca comercial y los propietarios de los mismos, puedan tener algún impacto favorable en el consumo de drogas, al menos que creamos que dichas medidas combatirán eficazmente el lavado del dinero, lo cual a su vez combatirá eficazmente la compra y venta de drogas, lo cual, para terminar, resultará en una lucha eficaz en contra de la drogadicción que es, insisto, el problema a resolver, lo cual no quiere decir que sea responsabilidad del gobierno resolverlo.
La imposición de límites a la compra y venta de dólares es una muestra más de la ingenuidad con la que el gobierno ha enfrentado al narcotráfico, ingenuidad producto de lo que muchos consideran lo políticamente correcto, que desde el punto de vista económico, ¡y ético!, no pasa de ser un disparate, pero uno muy peligroso, y a las pruebas me remito.
Por Arturo Damm.
Post RLB. Punto Politico.
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