El 132 no es el 68, sólo televisión + Mini-chiqui-nano plantón de AMLO
Como buenos
hijos políticos de la televisión de la familia Azcárraga, los chavos del
movimiento YoSoy132 no ven más allá del control remoto de sus televisiones de
plasma. La intención de equipararlos con el movimiento estudiantil del 68 es un
insulto a la memoria de jóvenes que lucharon por la democracia y que revelaron
el lado autoritario del sistema político priísta.
Como la
negación de la negación es una afirmación, el 132 ha derivado en un movimiento vergonzante
de Andrés Manuel López Obrador para enfrentarlos a Enrique Peña Nieto, en una
réplica de farsa del plantón del 2006 que partió del zócalo y terminó en el
periférico.
Hoy unas cuántas casas de campaña instaladas frente a instalaciones
electorales representan un mini-micro-nano plantón para, como en el 2006,
obligar a las autoridades electorales a decretar la victoria de López Obrador
pese a las cifras del conteo de votos.
Más que un
conflicto poselectoral, la protesta del 132 se asemeja más a un pleito por el
control remoto de la televisión de plasma que por la democratización política
del país. Sin presentar pruebas, con insultos a la televisión y a partir de un
voluntarismo fascistoide, los chavos del 132 se quieren convertir en la
autoridad electoral máxima para decretar ellos quién ganó las elecciones. Lo
malo para ellos es que quieren ejercer un derecho absolutamente
antidemocrático… en nombre de la democracia.
Lo más
grave es que el grupo lopezobradorista --sobre todo su flamante ministra de
Cultura-- quiere convertir al 132 ya no se diga en el heredero del movimiento
estudiantil del 68 sino en una réplica histórica de aquella movilización de
jóvenes universitarios contra la represión de los granaderos que fue el punto
de partida trágico del proceso de democratización política. En todo caso, los
chavos del 132 no luchan contra el sistema sino sólo contra la televisión y
combaten a Peña Nieto no por representar al PRI sino por haber logrado una
figura mediática a través de Televisa. Lo malo es que a pesar de estudiar en
universidades privadas donde las cuotas debieran implicar un mayor grado de
capacidad de análisis, los del 132 tienen la solución mágica, por cierto una
salida neoliberal de mercado: más televisoras. El problema, sin embargo, no
radica en el dominio del mercado por dos grandes cadenas de televisión, sino lo
que representa la televisión como instrumento de exclusión de la realidad.
Lo grave es
demeritar el 68 con las movilizaciones mostrencas del 132. El punto central es
que el 132 no es el 68. El movimiento del 68 fue otra cosa. En su libro 1968:
la historia también está hecha de derrotas, Pablo Gómez, dirigente en el 68 de
la juventud comunista y hoy cuadro parlamentario del PRD, resumió las tesis
centrales del 68:
1.- “Los
años sesenta fueron los de la construcción de la izquierda estudiantil… sobre
la base de difusión del marxismo”. El 132 carece de ideología porque su enemigo
no es una clase sino una pantalla de plasma.
2.- “El
Partido Comunista impulsó la creación de una organización nacional de
estudiantes desde 1963” . Hoy el PCM no existe, la izquierda
es neopopulista y el PRD se basa en la movilización del lumpenproletariado
desclasado. La juventud comunista del 68 que penetró las universidades no
aparece en el PRD.
3.- “La
mayoría de estos movimientos no alcanzó el triunfo y muchos fueron reprimidos
directamente por el gobierno federal, lo cual generaba mayor resistencia y
repudio a la política del gobierno”. El 132 no nació de una represión del
gobierno, por lo que ha enfocado su lucha contra la televisión.
4.- “La
fuerza de esta izquierda también se basaba en su significado cultural, entre
ellos la liberación sexual, la música, el cine”. Esta ruptura generacional del
68 simplemente es inexistente en el 2012 porque la autodenominada izquierda hoy
en día es asistencialista, corporativista, de acarreo y sin debate de ideas.
5.- “El
entorno político general anterior al movimiento estudiantil de 1968 se
caracterizó por las tendencias hacia el establecimiento de un régimen de
carácter policiaco, con fuerte presencia del ejército como instrumento directo
de los gobernantes”. Hoy, en 2012, el 132 carece de un análisis de diagnóstico
del carácter del régimen, desdeña las prácticas democráticas que lograron los
movimientos anti autoritarios del pasado reciente y paradójicamente usa la
democracia para imponer un régimen político lopezobradorista que opera sobre
los mismos mecanismos autoritarios del viejo PRI: el voluntarismo patriótico.
6.- “En
1966 se produjo un movimiento estudiantil anti autoritario en la UNAM, el cual
enarboló en su última etapa gran parte del programa universitario de las
izquierdas”. El 132 no nació de un movimiento progresivo estudiantil ni menos
de la inexistente izquierda, y hasta la fecha no ha podido articular un discurso
político programático para darle un sentido político transformador.
7.- “En el
mes de julio de 1968 existía una vanguardia estudiantil de izquierda en la
ciudad de México”. Las dificultades del 132, en caso de que quisieran retomar
realmente las experiencias del 68, se localiza en la ausencia de una vanguardia
estudiantil, la izquierda universitaria simplemente es inexistente, no existe
un partido de la clase obreras y la juventud se ha despolitizado.
En el punto
18 Gómez establece: “el radicalismo estudiantil se dirigió contra el
autoritarismo del gobierno, el despotismo del presidente de la república, la
represión y la falta de libertades democráticas”. La lucha del 68 cristalizó en
la práctica en la alternancia partidista de 2000, pero ni la izquierda ni la
juventud politizada del 68 construyeron una plataforma para la instauración de
un sistema democrático. La evidencia del fracaso de la izquierda y de la
juventud estudiantil ha sido el regreso del PRI a la presidencia de la
República con una ventaja de casi siete puntos sobre el candidato del
neopopulismo. Y ante ello, el 132 erige como enemigo a… la televisión, como si
la democracia fuera cosa de la programación televisiva.
Si antes la
lucha de la izquierda estudiantil era contra la estructura del poder político
priísta y por el socialismo, hoy el 132 la reduce a una lucha por… el control
remoto de la televisión de plasma.
Por Carlos Ramirez
Post.RLB.Punto Político.
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