Si López fuera Presidente...
No es un juego simplista lo que le describo amigo lector. El año 2006 fue un año en que los mexicanos estuvimos a punto de perder la libertad.
He sido un duro crítico del Presidente Calderón en materia de política económica. El lector que hace el favor de seguir mis artículos lo sabe bien. No obstante, y más allá de mis diferencias, debo aceptar que el Presidente no es un dictador y cree en la libertad democrática (un concepto ciertamente muy complejo). Con todo y todo no me arrepiento de haber votado por él. La razón: el enorme costo de oportunidad de que López Obrador ganara la presidencia (ese que como buen fascista se siente el “representante del pueblo.”). Ahí está su nueva frase: “sólo el pueblo puede salvar al pueblo.” Fascista y mesiánico es lo que su “proyecto de nación” en realidad es.
Si López hubiera ganado la presidencia:
· En su primer año se habría dedicado a aplastar a los disidentes por la vía fiscal. Hoy ya no hay que asesinar; en la política que predomina, basta con amenazas fiscales y ya cualquier persona se amedrenta. El asesinato es, para los izquierdistas radicales -como López-, una opción final.
· Antes de imponer su proyecto socialista (la planificación central, que implica eliminar la propiedad privada y construir todo un dirigismo económico desde el gobierno), López tomaría el Congreso al más puro estilo de Chávez, Morales, Ortega, y Correa. El Congreso habría sido rodeado por los militares y tomado en su totalidad. Y los disidentes asesinados al más puro estilo de Victoriano Huerta. El poder legislativo debe ser tomado por los dictadores para poder diseñar leyes a favor de sus intereses e ideología como lo hizo Hitler y los comunistas estalinistas.
· Luego, como buen político totalitario, el objetivo sería golpear al poder judicial para meter a sus cuates y desarmar a los ciudadanos de poder acceder al sistema jurídico para defender sus más elementales libertades, lo que incluye a su propiedad privada.
· Después de haber eliminado el equilibrio de poderes, el paso a tomar sería controlar a los medios de comunicación. Para este propósito, López habría expropiado a los que fueron sus patrocinadores del momento, Televisa y TV Azteca. Por supuesto, seguirían las distintas empresas de radio (y periódicos) como Grupo Fórmula; en este grupo hay periodistas bisoños que creyeron y apoyaron a López Obrador. Ya medio se dieron cuenta de cómo la izquierda radical de López y el SME (y los sindicatos del gobierno que le acompañan) les intentaron cerrar el paso de la libertad de expresión. A ver si aprenden bisoños.
· En su tercer año, López intentaría cancelar todos los tratados de libre comercio, empezando, dada su ideología comunista, por el TLC con EU y Canadá. Aranceles y prohibiciones a la orden del día. La nueva dictadura del “mercado interno.”
· Una vez con el poder totalitario, López y sus secuaces se apoderarían del Banco de México para poseer “la maquinita del dinero.” Gasto público creciente y déficits monetizados a la orden. Más empobrecimiento para los mexicanos que menos tienen.
· Subsidios, subsidios y subsidios a costa de subir y expoliar con impuestos a los mexicanos más productivos.
· Ferrocarriles, aviación, telefonía, bancos y demás “bienes de la nación”, como los llaman los izquierdistas radicales de López, regresarían al poder estatal.
· Las universidades privadas serían muy fastidiadas, para al final apoderarse de las más notables.
· Dadas las medidas socialistas de López, la fuga de capitales estaría a la orden del día, por lo que el control de cambios sería la modalidad del mercado de divisas.
· Claro, no podría faltar, al final del sexenio, López ya con el Congreso en su mano y el poder judicial a sus pies, trataría de “reformar” la Constitución Política, para poderse reelegir indefinidamente, y con ello llevar a bien su proyecto de “dictadura del proletariado.”
· Pobreza, miseria y esclavitud serían ya la realidad cruel de todos los mexicanos; por cierto, los mejores ya habrían emigrado.
· Tristemente, EU no haría nada.
No, no es un juego simplista lo que le describo amigo lector. El año 2006 fue un año en que los mexicanos estuvimos a punto de perder la libertad. Sólo vea el caso “juanito.” Cómo actuaba el fascista López poniendo, proponiendo y enrocando a gente de su partido comunista (ya no el PRD, sino el PT). Tratando de colocar en la Delegación Iztapalapa (temporalmente) a uno de sus golpeadores, a López le salió el tiro por la culata, pero al final su lacayo Ebrard le enmendó la tarea y depuso al tal juanito para beneficiar a la candidata favorita del Mesías.
Ya Honduras nos dio una gran lección a los mexicanos. Un país más pobre, con una constitución fortísima que impidió que se convirtiera en un satélite chavista más. Felicidades, y mexicanos, a aprender a cerrarle la puerta a los totalitarios.
Esta tragedia es la que nos indica el peligro que representa la izquierda para México. Una izquierda mexicana que no avanza, y cuyos rasgos siguen siendo totalitarios. No lo olvidemos.
Si López hubiera ganado la presidencia:
· En su primer año se habría dedicado a aplastar a los disidentes por la vía fiscal. Hoy ya no hay que asesinar; en la política que predomina, basta con amenazas fiscales y ya cualquier persona se amedrenta. El asesinato es, para los izquierdistas radicales -como López-, una opción final.
· Antes de imponer su proyecto socialista (la planificación central, que implica eliminar la propiedad privada y construir todo un dirigismo económico desde el gobierno), López tomaría el Congreso al más puro estilo de Chávez, Morales, Ortega, y Correa. El Congreso habría sido rodeado por los militares y tomado en su totalidad. Y los disidentes asesinados al más puro estilo de Victoriano Huerta. El poder legislativo debe ser tomado por los dictadores para poder diseñar leyes a favor de sus intereses e ideología como lo hizo Hitler y los comunistas estalinistas.
· Luego, como buen político totalitario, el objetivo sería golpear al poder judicial para meter a sus cuates y desarmar a los ciudadanos de poder acceder al sistema jurídico para defender sus más elementales libertades, lo que incluye a su propiedad privada.
· Después de haber eliminado el equilibrio de poderes, el paso a tomar sería controlar a los medios de comunicación. Para este propósito, López habría expropiado a los que fueron sus patrocinadores del momento, Televisa y TV Azteca. Por supuesto, seguirían las distintas empresas de radio (y periódicos) como Grupo Fórmula; en este grupo hay periodistas bisoños que creyeron y apoyaron a López Obrador. Ya medio se dieron cuenta de cómo la izquierda radical de López y el SME (y los sindicatos del gobierno que le acompañan) les intentaron cerrar el paso de la libertad de expresión. A ver si aprenden bisoños.
· En su tercer año, López intentaría cancelar todos los tratados de libre comercio, empezando, dada su ideología comunista, por el TLC con EU y Canadá. Aranceles y prohibiciones a la orden del día. La nueva dictadura del “mercado interno.”
· Una vez con el poder totalitario, López y sus secuaces se apoderarían del Banco de México para poseer “la maquinita del dinero.” Gasto público creciente y déficits monetizados a la orden. Más empobrecimiento para los mexicanos que menos tienen.
· Subsidios, subsidios y subsidios a costa de subir y expoliar con impuestos a los mexicanos más productivos.
· Ferrocarriles, aviación, telefonía, bancos y demás “bienes de la nación”, como los llaman los izquierdistas radicales de López, regresarían al poder estatal.
· Las universidades privadas serían muy fastidiadas, para al final apoderarse de las más notables.
· Dadas las medidas socialistas de López, la fuga de capitales estaría a la orden del día, por lo que el control de cambios sería la modalidad del mercado de divisas.
· Claro, no podría faltar, al final del sexenio, López ya con el Congreso en su mano y el poder judicial a sus pies, trataría de “reformar” la Constitución Política, para poderse reelegir indefinidamente, y con ello llevar a bien su proyecto de “dictadura del proletariado.”
· Pobreza, miseria y esclavitud serían ya la realidad cruel de todos los mexicanos; por cierto, los mejores ya habrían emigrado.
· Tristemente, EU no haría nada.
No, no es un juego simplista lo que le describo amigo lector. El año 2006 fue un año en que los mexicanos estuvimos a punto de perder la libertad. Sólo vea el caso “juanito.” Cómo actuaba el fascista López poniendo, proponiendo y enrocando a gente de su partido comunista (ya no el PRD, sino el PT). Tratando de colocar en la Delegación Iztapalapa (temporalmente) a uno de sus golpeadores, a López le salió el tiro por la culata, pero al final su lacayo Ebrard le enmendó la tarea y depuso al tal juanito para beneficiar a la candidata favorita del Mesías.
Ya Honduras nos dio una gran lección a los mexicanos. Un país más pobre, con una constitución fortísima que impidió que se convirtiera en un satélite chavista más. Felicidades, y mexicanos, a aprender a cerrarle la puerta a los totalitarios.
Esta tragedia es la que nos indica el peligro que representa la izquierda para México. Una izquierda mexicana que no avanza, y cuyos rasgos siguen siendo totalitarios. No lo olvidemos.
Por Godofredo Rivera .
Post RLB. Punto Politico.
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