mayo 27, 2010

¿Suicidio penal o político? + Nulidad de pesquisa Bazbaz

La auto renuncia de Alberto Bazbaz Sacal al cargo de procurador de justicia del Estado de México no cerró el caso Paulette. Al contrario, hay confesión de parte de errores, irregularidades y deficiencias con suficiente fuerza jurídica como para declarar la nulidad de las conclusiones. Por tanto, en nuevo procurador está obligado a reponer la averiguación previa.
De otra manera, la auto renuncia de Bazbaz a la procuraduría mexiquense podría ser considerada como una maniobra leguleya para cerrar el caso Paulette con la certeza de que hubo vicios de origen. En derecho, el enviciamiento de una indagatoria pervierte la conclusión. Por tanto, para hacer justicia es necesario que una nueva autoridad realice otra investigación sobre la muerte de la niña.
La lógica jurídica es implacable: los errores en la integración de la investigación y la averiguación previa obligadamente derivan en una conclusión pervertida. Los vicios de origen se convierten en vicios de conclusión. Y con ello se pierde la certeza del acto jurídico y de la aplicación de la ley como acto de justicia. Por tanto, el primer interesado en reponer la investigación para podar errores en investigación y conclusiones sería el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, a riesgo de cargar con el asunto como un fardo político en su carrera por la candidatura presidencial del PRI para el 2012.
Las dudas sobre la investigación y conclusiones de muerte accidental fueron confirmadas por el propio Bazbaz en su breve declaración de anuncio de su auto renuncia al cargo de procurador: “para que una Procuraduría pueda realizar sus funciones con eficacia es indispensable que cuente con la confianza, la credibilidad y el respaldo de la gente a la que sirve, cuando esto se pierde, resulta imposible cumplir la responsabilidad”. Ahí se encuentran los elementos de descrédito de la investigación.
En la investigación, Bazbaz cometió otro error jurídico que violó los derechos de inocencia de los presuntos inculpados. Públicamente afirmó que se trataba de un homicidio y decretó el arraigo de los padres, además de incriminar a las nanas y acusar a la madre. Esa decir, Bazbaz presentó primero las conclusiones y después realizó la investigación. Lo paradójico fue que la investigación procesal lo llevó a otra conclusión.
El descrédito de la investigación radicó no sólo en el hecho de hacer primero las incriminaciones y luego las investigaciones y conclusiones, sino en la aceptación de errores y sobre todo la admisión de que la sociedad le perdió la confianza a la procuraduría mexiquense. A partir de ahora, si se consolida la investigación de Bazbaz, cualquier presunto delincuente podrá invocar el proceso Paulette para impugnar acusaciones.
Se trataría de una variante de la “teoría del fruto del árbol envenenado” que se utiliza en derecho para decretar automáticamente la nulidad de un proceso cuando se estima “cualquier prueba obtenida con violación de derechos fundamentales”. Hasta ahora sólo se tienen afirmaciones del propio jefe del ministerio público de que hubo errores, irregularidades y deficiencias, aunque sin aclarar con precisión los casos concretos. De todos modos, la conclusión de accidente de la indagatoria Bazbaz fue producto del árbol envenenado de un proceso de investigación irregular. Es decir, no puede haber conclusiones legales como producto de una investigación con defectos.
De la investigación de Bazbaz se desprenden cuando menos tres dudas razonables, otro principio del derecho que tiene valor judicial:

--El hecho de que un cadáver permanezca en una habitación nueve días sin emitir olor alguno y que en la habitación, presunta escena del crimen, hayan dormido en esos mismos días varias personas. Además, la habitación fue revisada por peritos.
--La declaración de las nanas de que ellas revisaron minuciosamente la cama removiendo las sábanas sin que hubiera algún indició del cadáver de Paulette. De pronto, inopinadamente, el cadáver apareció.
--El arraigo a los padres de Paulette fue hecho bajo la declaración del propio procurador de que Paulette había sido asesinada. Bazbaz usó la palabra homicidio.

Lo malo para las autoridades del Estado de México radica en el hecho de que la indagatoria se pervirtió procesalmente y que el procurador dictaminó resultados antes de terminar la investigación, que cualquier otra conclusión que no determine el homicidio será desautorizada por la opinión pública.
Pero aún así, el gobernador Peña Nieto necesita, para control de daños de su propia posición política como precandidato presidencial priísta y como jefe del ejecutivo estatal, que exista otra indagatoria realizada sin errores, deficiencias e irregularidades, sobre todo porque apenas el lunes avaló el reporte final del caso que el propio Bazbaz dijo que había tenido fallas procesales. Asimismo, la credibilidad del nuevo procurador va a depender de que despeje las dudas heredadas por Bazbaz.
Al final de cuentas, el contexto político del caso Paulette no sólo involucra a una niña menor de edad con facultades limitadas sino que incorporó al escenario al principal precandidato del PRI a la presidencia de la república. La única forma de hacerle justicia a Paulette radica en una nueva investigación que llegue a conclusiones sin ninguna duda razonable.

Por Carlos Ramirez

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