Camín: conclusiones sesgadas + Sólo matemáticas para dummies
Luego de
haber fracasado en abril con el argumento de “escuadrones de la muerte” para
relacionar muertos en la estrategia de seguridad, ahora el escritor Héctor
Aguilar Camín viene con el invento de “índice de letalidad” como crítica a los
saldos de la violencia.
Sin
embargo, su columna del martes 2 en Milenio, basada en un texto publicado en
Nexos, carece de base científica, relaciona manzanas con kilos de cemento,
ignora la cientificidad de la estadística y quiere inventar unas matemáticas
propias.
De hecho, en los dos textos no existe nada que tenga que ver con
estadística relacional o correlación o regresión. Se trata del uso del modelo
de matemáticas para idiotas o mathematics for dummies.
El índice
de letalidad se realizó en Brasil para analizar el saldo de fallecidos en las
incursiones policiacas. En México, bajo la supervisión de Aguilar Camín, tres
abogados lo trasladaron automáticamente y lo aplicaron en México: comparar el
número de delincuentes muertos con el de heridos; si los primeros rebasan a los
segundos se establece el índice de letalidad que implicaría un uso no medido de
la fuerza.
En las
matemáticas y estadísticas aplicadas a la ciencia política hay fórmulas
específicas para establecer relaciones de causalidad; lo peor que puede pasar
es sumar y restar sin fórmulas; al final de cuentas, la causalidad es una
ciencia. El punto central radica en las ponderaciones de hechos específicos no
tomados en cuenta: los enfrentamientos entre miembros de fuerzas armadas con
bandas criminales son diferentes al de las fuerzas policiacas; los primeros
repelen agresiones, tienen equipamiento de seguridad más sofisticado y su
accionar debe que ser letal; la policía no enfrenta delincuentes, los busca y
los arresta. Ello involucra algunas cifras engañosas: las fuerzas armadas
tienen menos bajas que los delincuentes por razones de capacitación para las
batallas; los primeros usan técnicas, los segundos disparan a lo loco. Por
tanto, la conclusión como índice de letalidad es engañosa y no científica.
El índice
de letalidad de la revista Nexos está sesgado en el análisis mexicano y carece
de fundamentación matemática. A pesar de tratar de vincular un hecho con otro
--teoría de la causalidad--, no tiene nada de estadística relacional:
correlación o regresión, la correlación exige carácter científico y no implica
causalidad (cum hoc, ergo propter hoc, con esto, luego a causa de esto). Tratar
de relacionar A con B exige conocimiento científico.
El trabajo
promovido por Agilar Camín se sustenta en un modelo brasileño; sin embargo,
Ignacio Cano, el sociólogo que lo desarrollo en Brasil, considera variables que
aquí no tomaron en cuenta. El trabajo es más global que el sólo indicador de la
letalidad y abarca efectividad policial: diferenciar entre crimen y desorden,
estudiar actividad policial, incluir la tasa de esclarecimiento de
investigaciones criminales, corrupción policial y otras.
La
conclusión de Aguilar Camín es falaz. No es la primera vez. Indicador Político
registró en abril pasado la pifia del escritor al llegar a conclusiones con
argumentos sin verificación: “el director de Nexos da por cierta la frase del
general Bibiano Villa de que como director de seguridad pública de Torreón “se
echó a 200 malandros”. Sin confirmar el dato, Aguilar Camín se proyectó: “ponle
que hay diez generales Bibianos Villa o retirados en otras diez ciudades; mira,
son dos mil (malandros muertos) en un año”. Ahí se vio parco el autor de
ensayos sobre la Revolución Mexicana: en su arrebato especulativo, ¿por qué no
mencionó a 100 generales, de a 200 cada uno, serían 20 mil muertos? O
quinientos generales para llegar a la conclusión de cien mil muertos”. La misma
falta de rigor intelectual se dio en el asunto del índice de letalidad.
El estudio de
Nexos mezcló acciones policiacas con las de las fuerzas armadas; pero las
primeras actúan de manera policiaca y las segundas repelen ataques de bandas
criminales. Ahí se encuentra parte de la falacia: el análisis se basa en
reportes de prensa que carecen de valor científico; la oficina de Comunicación
Social de la Secretaría de la Defensa Nacional echó abajo el modelito de Nexos
al informar que de diciembre de 2006 a noviembre de 2011 el ejército tuvo
mil 840 agresiones de grupos criminales, con 122 militares muertos y 689
heridos y dos mil 137 delincuentes muertos y 331, heridos, con dos mil 78
detenidos. Con estas cifras, el índice de letalidad de Nexos pierde eficacia
científica.
El otro
error metodológico es comparar acciones de las fuerzas armadas con las de la
policía, cuando los métodos son diferentes; las primeras van a combate y las
segundas tienen que mantener el orden; de ahí que el índice de letalidad tenga
otro sesgo porque compara por igual policías que fuerzas armadas. Y a ello se
agrega la disponibilidad sin precedente del ejército ante las quejas de
violaciones de derechos humanos; en los mismos días del texto de Aguilar Camín
y Nexos, la justicia militar condenó a más de 40 años de cárcel a militares que
mataron a civiles en una acción de seguridad, con lo que se demostró que el
ejército no usa el fuero militar como impunidad; casi el 90% de las quejas
contra militares concluyeron sin responsabilidad para los soldados.
El intento
de Nexos y Aguilar Camín no fue científico. En su libro Las formas de medición
del fenómeno político, el especialista Francisco Sánchez Espinoza señala que el
uso de la estadística debe ser preciso porque se comete el error de “no
considerar el análisis de la varianza y tampoco se establecen variables de
control”. Por tanto, el uso de la causalidad entre dos hechos suele
equivocarse.
El problema
también es la falta de ética intelectual de no reconocer errores, esconder los
argumentos de aclaraciones --como Aguilar Camín-- y no aceptar equivocaciones.
El análisis matemático de la realidad política requiere el rigor de las cifras
y no lo gelatinoso del derecho.
Por Carlos Ramirez
Post RLB.Punto Politico.
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