Encuesta PRD: el más rechazado + Pero Ebrard muy abajo para 2012
Atrapado
en sus propias contradicciones, las encuestas para designar al candidato
perredista a la presidencia 2012 escogieron al aspirante más popular pero el
más rechazado, en tanto que el perdedor era el mejor posicionado en simpatías
pero con menos posibilidades de ganar las elecciones.
En
todo caso, las encuestas para las presidenciales fueron más bien un corte de
caja para saber si Marcelo Ebrard se podría perfilar como el próximo caudillo
perredista y para repartirse el pastel del poder entre el tabasqueño y el ex
salinista; así, López Obrador se quedó con la candidatura presidencial y Ebrard
se conformó con la posibilidad de imponer sucesor en el DF por la vía del
dedazo.
Las
preguntas de la encuesta fueron planteadas para saber el rechazo a los
precandidatos y las posibilidades de los dos para ganar las elecciones. Los
resultados de los sondeos --que carecen de rigor científico porque sólo captan
sensaciones y se fijan en el instante de las preguntas-- dieron como resultado
una contradicción: el precandidato que tendría más posibilidades de ganar es al
mismo tiempo el político más rechazado.
Por
tanto, el PRD tiene que explicar cómo es que podría ganar la elección
presidencial de julio del 2013 el personaje más repudiado y --pregunta 2-- por
quien la gente no votaría. Al final de cuentas, el PRD le estaría apostando al
hecho de la real politik mexicana que convoca al elector no a votar por el
mejor candidato sino al que tiene mejores formas de jalar votos, aunque sea el
más rechazado.
Por
si fuera poco, la realización de las encuestas tampoco resolvió el problema de
la cohesión interna. La tribu dominante de Los Chuchos aceptó el modelo de las
encuestas por la seguridad que le ofreció Marcelo Ebrard de que López Obrador
no pasaría por la prueba de la consulta ciudadana debido a sus pasivos con la
sociedad; sin embargo, el resultado fue el contrario ahora Los Chuchos tendrán
que callar sus tambores de guerra contra el lopezobradorismo.
Así,
Ebrard pudo haber dañado la estrategia del PRD de Los Chuchos para borrar
dentro del PRD todo vestigio de López Obrador; la apuesta fue alta y a ella
contribuyó Ebrard con sus cálculos --por encuestas previas no difundidas-- a su
favor que registraban ya la declinación del tabasqueño por los pasivos del
2006. Sin embargo, el ánimo en torno a las encuestas llevó a los encuestados a
decidir ya no en función de escenarios hipotéticos sino ya en función de la
posibilidad de designar al candidato del PRD.
Ahora
el PRD de Los Chuchos tendrá que someterse de nueva cuenta a López Obrador,
quien ya había decidido no contar por el PRD y asumir su candidatura con el
control total sobre el PT, la conversión de Convergencia en Movimiento
Ciudadano lopezobradorizado y su propio grupo Morena. Así, el PRD será sumado
en el furgón de cola de una alianza neopopulista; la reacción agresiva de Jesús
Ortega contra la victoria de López Obrador en las encuestas dejó ver la
decepción del PRD por la derrota a la que los condujo Marcelo Ebrard.
La
expectativa del PRD de Los Chuchos era encumbrar a Ebrard como ganador en las
encuestas, someter a López Obrador a los compromisos de reconocer al ganador y
tomar el control total del PRD en el DF para definir candidato a la jefatura de
gobierno del DF; el paso estratégico del PRD con Ebrard de candidato era un
gobierno de coalición con el PAN --no una alianza PAN-PRD-- para detener el
camino de regreso del PRI a la presidencia de la república y marginar más a
López Obrador como candidato previsible --entonces-- de su propia coalición
PT-MC-Morena.
Las
encuestas iban a ser la puntilla del PRD de Los Chuchos contra López Obrador.
Los sondeos previos realizadas por Ebrard habían registrado una declinación de
la popularidad de López Obrador, pero de ahí a la encuesta oficial para definir
al candidato se conoció lo veleidoso de las encuestas y la forma en que
electorado puede cambiar de posición frente a escenarios diferentes. Ebrard y
Los Chuchos presionaron a López Obrador para someterse al modelo de las
encuestas, cuando el mejor camino hubiera sido el de una elección primaria con
urnas y vigilancia de casillas. De ahí que el esquema de las encuestas haya
sido un volado que perdió el PRD de Los Chuchos, aunque Ebrard ganó la
posibilidad de poner a su candidato a la jefatura de gobierno del DF.
Al
final, López Obrador y Ebrard ganaron con las encuestas y Los Chuchos fueron
los derrotados. Ebrard, por lo demás, se hizo del control del PRD por ser la
figura política dominante del grupo de Los Chuchos y demás obtuvo el reconocimiento
de López Obrador por someterse al resultado de las encuestas. En este juego de
poder, Los Chuchos salieron perdiendo todas las jugadas: el candidato del PRD
será López Obrador, el perredismo de Los Chuchos será desplazado por los grupos
de la coalición neopopulista de López Obrador y Ebrard se quedó con el DF y
como el único interlocutor del PRD de Los Chuchos con el tabasqueño.
Con
todo, el escenario del 2012 seguirá siendo el mismo: un López Obrador con base
social acotada por su radicalismo, con la desconfianza de los sectores medios y
altos por el plantón del 2006, la payasada de la presidencia legítima y los
datos de las dos encuestas de que es el candidato con más mala opinión y por el
que no votaría un vasto número de electores.
La
jugada política de Ebrard no es muy difícil de prever: apropiarse del manejo
político del DF con un sucesor impuesto por dedazo, controlar el PRD de Los
Chuchos y esperar que el resultado del 2012 dé cuenta --ahora sí de manera
definitiva-- con López Obrador por su posicionamiento en tercer lugar en las
expectativas. Y así surgiría Ebrard como el próximo caudillo del PRD.
Por Carlos Ramirez
Post.RLB.Punto Político.
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